Bilbao sigue la línea de otras ciudades y crea un impuesto para ciclomotores

Un apartado del pacto entre socialistas, IU y PNV que desembocó en enero en un nuevo equipo de gobierno en Bilbao se ha plasmado en la comisión de Hacienda del Ayuntamiento. Los impuestos municipales subirán en 1999 el 2%, indicó ayer el concejal de Hacienda, el socialista Eduardo Uriarte, quien anunció un nuevo impuesto a los ciclomotores que no pasará de 1.800 pesetas. Aunque aún no se ha calculado, el edil garantizó que el aumento del bonobús se alejará del adoptado el bienio anterior.

"Los aumentos del 2% son menores a otros que se han producido en este mandato cuando regían otros partidos", señaló el responsable de Hacienda en conferencia de prensa, en una clara alusión al PP, que hasta el pasado mes de diciembre ocupaba ese área. El alza de las tasas e impuestos municipales se ajusta así a la inflación del pasado año. No obstante, alguno de los gravámenes -Impuesto sobre Bienes Inmuebles, el servicio de alcantarillado y el Impuesto sobre Actividades Económicas- están pendientes de la reforma del Catastro que esta realizando la Diputación de Vizcaya. Uriarte agregó que si la entidad foral los reduce, el consistorio se amoldará. Si los sube, no seguirá sus pasos. El impuesto sobre vehículos, las tasas por licencia de obras, por licencia de aperturas, por expedición de documentos, por recogida de basuras y por el servicio de prevención y extinción de incendios se elevarán también un 2%, salvo inapreciables modificaciones. El concejal socialista justificó también la moderada alza porque "la recaudación marcha bien". Lo que no decidió la comisión de Hacienda es el nuevo precio del bonobús de la empresa municipal Bilbobús, aunque el responsable de Hacienda afirmó que no se acercará a las subidas del 10% y del 6% que el Ayuntamiento impuso en los dos últimos ejercicios. Uriarte señaló que este servicio dejará de tener en el futuro la importancia que ahora tiene tras la entrada en funcionamiento de la línea de Renfe en Rekalde y del tranvía entre Atxuri y San Mames, previsto en principio para el año 2000. El panorama parece aún poco maduro. Negociaciones "Hay negociaciones", aseguró el edil del PSE, "con el Consorcio de Transportes de Vizcaya para ver qué sucede en el futuro. Son otras instituciones las que están propiciando la acomodación de la oferta de Bilbobús. Seríamos temerarios si no tuviéramos en cuenta las modificaciones traumáticas que está sufriendo el transporte en Bilbao". Además, según el edil de Hacienda, el incremento de un punto en el bonobús sólo supone un aumento de recaudación de 18 millones de pesetas. "El PNV ha asumido [no subir precios] porque [Bilbobús] no tiene solución financiera". Sí decidió el consistorio implantar un impuesto que ya existe en la mayoría de las ciudades. "El Ayuntamiento de Bilbao es el único que no grava los ciclomotores. Además ahora hay vehículos de menos de 50 centímetros cúbicos, tetraciclos y triciclos, que también empezarán a ser gravados, entre otras razones para identificarlos en un censo. Es un impuesto muy pequeño; no superará las 1.800 pesetas", relató Uriarte, quien añadió que también estarán sujetos al régimen de Ordenación de Tráfico y Aparcamiento (OTA). El precio público para los vehículos por la utilización del dominio público también se eleva un 2%. La media hora de estacionamiento pasará a costar el próximo año de 50 a 55 pesetas; la hora de 120 a 125 pesetas y las dos horas se mantienen en las 200 pesetas. Otro gravamen que pretende implantarse en el municipio queda aplazado sin fecha fija por obstáculos insalvables. Se trata del tributo a los bilbaínos que tengan un perro. "Hay una enorme dificultad de tramitación, aunque sea una necesidad por las molestias que causan. Los problemas planteados por los técnicos son enormes", reconoció Uriarte.