Científicos en paro
Esta carta no es tan graciosilla como otra que hablaba de Full Montys y despelotes de científicos en paro. Esta carta me ha llegado desde México, donde una muy querida amiga bióloga (la universidad las crea y la ciencia las separa), de 35 años, está ejerciendo su derecho al trabajo. Me dice:"... No te puedo animar mucho porque, ya ves, aquí ando yo tragándome la soledad y a veces la angustia, y maldiciendo tener que estar lejos de mis padres porque allí no encuentro trabajo, y sin saber cuánto tiempo voy a tardar en volver, ¡ni en qué condiciones! No te desesperes y acaba tu tesis. Después, con un poco de suerte, te mandan al extranjero con una beca, que para eso sí dan becas, ¡para que nos larguemos!".
Hubo un strip-tease y manifiestos, y manifestaciones, pero nadie nos ha hecho maldito caso. Esperanza Aguirre se emociona en el fútbol (Amsterdam es maravilloso, ¿verdad, ministra?) y en los toros, pero no nos recibe en su ministerio cuando nos manifestamos. Como dijo el poeta, lo único que nos queda es la palabra.
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