El Ayuntamiento se compromete a consensuar con los vendedores una nueva ordenanza para el Rastro
El Ayuntamiento de Madrid quiere pacificar el Rastro. La concejal de Centro, María Antonia Suárez, se comprometió ayer con los vendedores a consensuar la nueva ordenanza que regirá el veterano mercadillo dominical. De paso, firmó una carta que recoge la renuncia municipal a obligar a los vendedores no profesionales a someterse a las leyes y normativas que se aplican a los ambulantes profesionales. En una misiva anterior, entregada el pasado domingo, la Junta de Centro exigía a los primeros el pago del Impuesto de Actividades Económicas y la Seguridad Social como autónomos para ejercer en el área de la Ribera de Curtidores.
El presidente de la Asociación Independiente de Vendedores del Rastro, Mario Agreda, acogió con satisfacción la oferta de diálogo de la edil, entre otras cosas porque su grupo se opone al texto regulador tal como está planteado ahora. "No estamos de acuerdo con el 90% del borrador de ordenanza para el Rastro que nos ha entregado el Ayuntamiento, porque nos impide realizar nuestra actividad como debemos", dijo.
La edil Suárez se disculpó con los vendedores por la "alarma social innecesaria" que causó la misiva municipal en la que se equiparaban los requisitos de los vendedores no profesionales con los de aquellos que sí lo son. Ayer por la mañana, cerca de 300 se concentraron ante la Junta Municipal de Centro, en la plaza Mayor, para exponer su desacuerdo y preocupación. La promesa de Suárez fue un bálsamo.
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