Suelos y residuos son el problema ambiental más grave de España
Europa ha dado algunos pasos en mejorar su entorno durante los últimos tres años pero resultan insuficientes, según el diagnóstico que acaba de realizar la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA). Su director, el español Domingo Jiménez Beltrán, presentó ayer en Madrid la segunda evaluación medioambiental del continente que identifica a la agricultura y el transporte como las principales causas de contaminación. En España el peor lugar lo ocupan los suelos contaminados y los residuos.
Son doce los problemas medioambientales que se analizan en profundidad en el denominado «Informe Dobris+3», llamado así por haber transcurrido tres años desde que se publicó el primero por encargo de la primera Conferencia Europea de Ministros de Medio Ambiente celebrada en el castillo de Dobris, Praga.En la mayoría de ellos se han registrado progresos, gracias a que su enfoque tiene una dimensión europea, según Jiménez Beltrán. Pero estima que no es suficiente, pues la mejora global de la calidad del medio ambiente no es perceptible. Se han conseguido reducir las emisiones de dióxido de azufre, plomo, sustancias destructoras del ozono y fósforo, así como las emisiones contaminantes de óxido de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles, gracias a la dotación de instrumentos jurídicos de carácter internacional.
Donde ha faltado este respaldo normativo el avance ha sido nulo. Por ejemplo en el tratamiento de los residuos y la conservación del suelo, con clara incidencia en España. Se calcula que la generación de los primeros en los 44 países analizados ha aumentado en un 11% entre los años 1990 y 1995 (425 kilos por persona y año), sin que los responsables de su gestión hayan optado por otro tratamiento que no sea el más económico, como depositarlos en vertederos.
Respecto a la erosión y salinización del suelo, continúan siendo problemas graves en la cuenca del Mediterráneo, según el barómetro de la AEM, que ha identificado 300.000 zonas contaminadas, donde se requiere «una acción inmediata» para su limpieza. La erosión hídrica afecta a 115 millones de hectáreas mientras que la eólica alcanza a 42, situadas principalmente en el Mediteráneo y el sur de Europa oriental.
Dice el informe Dobris+3 que, a pesar de las numerosas iniciativas para la protección de la naturaleza y la biodiversidad, su aplicación apenas se nota por falta de presupuestos, en aras del cumplimiento de los compromisos de la unión monetaria europea.
Plaguicidas
Por sectores, la AEMA señala al transporte y la agricultura como causantes de muchos de los problemas medioambientales. El primero registra un ritmo de crecimiento imparable. Desde 1980 el transporte de mercancías ha aumentado un 54% y los turismos han crecido un 46% desde 1985. Se hacen esfuerzos para frenar el transporte privado, sin embargo, denuncia el informe, hay «un empeño político en toda Europa por ampliar la red de carreteras».De la agricultura subraya que se trata de una de las actividades con más ausencia de sensibilidad sobre su impacto ambiental. La Política Agraria Comunitaria (PAC) apenas tiene en cuenta esa faceta, dominada por el empleo de fertilizantes y plaguicidas -bien es cierto que con usos estabilizados- y por el aumento del consumo del agua.
En el ámbito energético el gasto de combustibles fósiles queda mitigado por el espectacular descenso registrado en Europa oriental. La crisis económica en la que se encuentran sumidos muchos de los países del área ex soviética ha reducido su consumo energético en un 23% desde 1990. El barómetro de la AEMA destaca que ese desequilibrio coyuntural y el recurso generalizado al gas como fuente energética, apenas contribuirán a alcanzar los objetivos fijados en Kioto, por lo que será necesario aplicar nuevas medidas para reducir las emisiones de dióxido de carbono que contribuyen al cambio climático. El objetivo de reducir las emisiones de dióxido de carbono (un 8%) se sitúa lejos del 35% o 40% que recomienda la Agencia para los países desarrollados.
Con todo, la amenaza principal para el medio ambiente, según Jiménez Beltrán es la sopa de más de 100.000 sustancias químicas a las que los europeos están expuestos, como los ftalatos y compuestos organoclorados que actúan como alteradores hormonales y son capaces de provocar alteraciones en etapas sensibles como el embarazo.
El segundo informe de AEMA será presentado en la Conferencia de Ministros de Medio Ambiente a celebrar los días 23 a 25 de junio en Arhus (Dinamarca). También se hablará de él en la próxima cumbre de Cardiff, donde se va a plantear la integración de la sostenibilidad en la economía.
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