La maratoniana reunión del PP asturiano no consigue cerrar las grietas internas

,La maratoniana reunión en Oviedo de la junta directiva del Partido Popular de Asturias -casi cinco horas en la madrugada del martes- terminó con declaraciones de apoyo a todas las gestiones de gobierno -en el ámbito local, el autonómico y el nacional- por parte del presidente regional, el senador Isidro Fernández Rozada. No obstante, las manifestaciones en el sentido de que se ha cerrado la crisis y logrado la ansiada coordinación entre el partido y el Ejecutivo autonómico, que preside sin mayoría Sergio Marqués, no parecen tener mucha fuerza. En realidad, la sesión puso de manifiesto detalles de las grietas internas, que parecen irreparables. Todo indica que la lucha continúa, ahora por debajo de la mesa, y los contendientes sólo se han concedido una tregua.Desde un primer momento quedó claro que el orden del día -la aprobación del acta anterior y otros temas- quedó relegado y se pasó de inmediato al debate, candente desde hace ya tres meses, del enfrentamiento entre el partido y Marqués que la dirección había cubierto con el término eufemístico de descoordinación. En la mesa presidencial se sentaron Marqués, Rozada, Ovidio Sánchez, el presidente del Parlamento regional; René Álvarez Saavedra, el secretario del partido, y Fernando Fernández Noval, el delegado del Gobierno en Asturias.

De Lorenzo, ausente

Llamó la atención la ausencia del presidente del PP de Oviedo y alcalde de esta ciudad, Gabino de Lorenzo, quien ha llevado la voz cantante en la operación de acoso a Marqués. Sin embargo, no se quedó sin voz porque allí se encontraban, e intervinieron, sus peones de confianza, sus concejales. Al tiempo, su incomparecencia le permitiría volver a las andadas en sus ataques y justificarse con ella.

El otro gran ausente, pero presente en la mente de todos, era el máximo líder del PP asturiano, el vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, quien tiene prevista su llegada a Asturias mañana, jueves, para participar en actos en las cuencas mineras y asistir el sábado a una convención del partido en Avilés. Las diferencias personales entre Marqués y Cascos se consideran como uno de los factores decisivos e incluso desencadenantes de la crisis. Precisamente, Marqués declaró el pasado domingo en Gijón que sus relaciones con Cascos son perfectas en el ámbito institucional, pero a la pregunta sobre las personales respondió, molesto, que no mezcla unas con otras. Esto equivale a corroborar la ruptura entre los dos antiguos militantes de Alianza Popular en Gijón.

El término catarsis se ajusta a la perfección a lo ocurrido en la noche del lunes. Lo empleó un dirigente en una de sus salidas de la sala: "Esto es una catarsis y nada más que eso". De paso, comentó que la última palabra para poner orden en la pelea la tiene Madrid, es decir, Cascos.

A la conclusión, los asistentes rehuyeron a los periodistas como el diablo al agua bendita y ni siquiera se atrevieron a decir si hubo votaciones. Marqués y todos se remitieron a Rozada. El presidente del Principado se limitó a decir: "Hubo respaldo pleno de la junta de gobierno. El resto os lo dirá Isidro, que os lo va a decir infinitamente mejor que yo y, además, estará encantado de hacerlo".

Rozada se esforzó en afirmar que todo se ha arreglado, pero quedaron claros varios puntos. "Hay una crisis abierta, transparente y pública y confío y espero rotundamente en cerrarla tambíen de esta forma", dijo. No se acordó nada sobre la candidatura de Marqués a la reelección, que se debatirá en su día. A la pregunta de si le apoya plenamente Rozada respondió que apoya todas las gestiones de gobierno. Le costaba, pues, pronunciar una palabra de apoyo explícito y claro a Marqués.