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Macarena de Laroles

Laroles, una concentración humana de 700 habitantes perteneciente al municipio de Nevada, en La Alpujarra de Granada, era el ignoto lugar que el destino tenía preparado para Yosiko Yamamoto desde que a los 16 años, aún en Japón, iniciara su vida artística participando casi anónimamente en una escena de Sayonara, la exótica película que protagonizara Marlon Brando. Yosiko, que ha actuado en zarzuelas y ballets en teatros de América y España, se casó por la Iglesia hace 10 años con un funcionario del Servicio Nacional de Productos Agrarios de Madrid. Pero antes tuvo que ser bautizada, circunstancia que aprovechó para elegir un nombre más consecuente con el país y su profesión: Macarena. Desde hace tres años, Macarena Yamamoto dirige una escuela de baile en Laroles y se desplaza a otras remotas poblaciones de la comarca para desvelar los secretos de cualquier danza: sevillanas, rumbas, clásico español o moderno. Macarena se ha unido de este modo a la pintoresca población que vive en los dispersos asentamientos de la Alpujarra. A pesar de su espíritu emprendedor, Macarena se queja de la escasa paciencia de sus alumnos. En Laroles, cuando comenzó, tenía 20 alumnos inscritos en la escuela, pero ahora sólo queda la mitad. "No hay muchos jóvenes; y cuando llegan a cierta edad, se cansan o dejan el baile por el fútbol. Creen que el baile es de mariquitas. Cuando llegué a Laroles sólo había una rondalla. El Ayuntamiento subvenciona la escuela, pero los niños, aunque no pagan casi nada, se han ido. Varones quedan cuatro". Durante la semana da clases en Ugíjar a un grupo de jubilados y en Válor a otra docena de pequeños. "Prefiero a los niños; son más obedientes. Llegan a los diez y se vuelven sabihondos", dice. Macarena nació en Kioto y abandonó Japón en 1957 porque su padre, cocinero del cuerpo diplomático, fue destinado a las cocinas de la embajada en Argentina y poco después a las de Paraguay. "Allí aprendí baile español. Una vez vino Faustino García, un empresario de zarzuela, y como faltaba una bailarina me contrató a mí". Corría 1963 y fue una novedad contemplar a una japonesa en el castizo cuerpo de baile de una compañía de zarzuela. "Actué en América 10 años y luego vine a España a aprender baile flamenco. Oposité a una plaza en el Teatro de la Zarzuela de Madrid y la gané". En Madrid desplegó una actividad tremenda. Macarena, todavía Yosiko Yamamoto, actuó o fue coreógrafa en las compañía Lírica Nacional, en la de Ruperto Chapí y en la de Antoñita Jiménez. Compartió escenario con Montserrat Caballé, Plácido Domingo y Joan Pons. "Tengo buenos recuerdos de Fuenteovejuna, de Moreno Bondía, de Luisa Fernanda, de Torroba, o de óperas como Turandot de Puccini o La Traviata de Verdi". Se retiró del baile prematuramente, al mismo tiempo que se casó. "No echo de menos el trabajo. Es muy sacrificado: autocares, ferias, hoteles... Además, preferí retirarme por la puerta grande, como los toreros, sin esperar a la decadencia. Estoy muy satisfecha. Tengo 58 años aunque no los aparento. La escuela con los niños es una afición. A mí no me gusta la bulla. Mi marido, aunque es de Ceuta, tenía parientes en Laroles, y aquí nos vinimos". Macarena es una más en la reducida comunidad de Laroles que, junto a las pedanías de Picena y Mairena, forman el municipio de Nevada, unos 2.000 habitantes en total.

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