_
_
_
_
_
EL JUICIO DEL 'CASO MAREY'

Marey se somete a un examen médico

"Desde que pasó lo que le pasó, tiene miedo a salir solo a la calle al anochecer", dice Agnes Marey, mientras espera a que su padre sea reconocido por el psiquiatra forense. Segundo Marey había llegado a la clínica unos minutos antes, acompañado de su hija, el esposo de ésta y su abogada, Olga Tubau, después de un largo viaje por carretera.El jubilado Marey, vestido con traje, corpulento aún pese a sus 66 años y la enfermedad que devora sus huesos, no dijo nada. Únicamente respondió con un "bien" cuando los reporteros le preguntaron por su estado.

La letrada anunció que su cliente no iba a hacer declaraciones y éste apretó sus labios para reafirmarlo, en un gesto casi infantil. Llegó a la clínica de los juzgados de instrucción de la plaza de Castilla a las 10.40 de ayer para someterse al reconocimiento físico y psíquico ordenado por el tribunal que juzga el secuestro de Segundo Marey en diciembre de 1983. Desde entonces, según su familia, padece neurosis obsesiva, bronquitis crónica y otras dolencias.

Más información
Álvarez se apoya en referencias de Sancristóbal para acusar a Barrionuevo del secuestro

"Desde que pasó aquello tiene miedo a volar en avión y ya conduce muy poco", comentan Agnes y su marido, mientras esperan a que finalice el reconocimiento médico. Aseguran que es falso que Segundo Marey trabajara en la cooperativa Sokoa, como insistentemente repiten los implicados en la primera acción reivindicada por los GAL.

"Era representante de muebles de cocina en la empresa Colectivité Services, que es cierto que tenía entre sus clientes a las cooperativas Sokoa, pero nada más. Ni era etarra ni trabajaba en esa cooperativa", dice el yerno. Éste y la abogada Tubau están convencidos de que los acusados machacan esta falsedad para hacer creer que Marey tenía algo que ver con ETA y con su cooperativa de Hendaya (Francia).

El primer secuestrado oficial de los GAL deberá regresar a la clínica forense de Madrid, para un nuevo reconocimiento, el día anterior al que tenga que declarar en el juicio.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

El examen servirá para evaluar la indemnización a que tiene derecho por los nueve días que estuvo cautivo en una cabaña.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_