Un libro recopila los diarios inéditos de Max Aub, de 1939 a 1972
Entre las miles de páginas que constituyen los diarios del escritor Max Aub, el estudioso valenciano Manuel Aznar Soler ha seleccionado algunos textos, muchos de ellos inéditos, en el libro Diarios (1939-1972), que se presenta hoy en la Fundación Max Aub de Segorbe. El exilio republicano y las opiniones del escritor sobre múltiples temas se recogen en esta ambiciosa obra.
El criterio de selección atiende sobre todo a la calidad literaria o al interés testimonial de los escritos que comprenden desde el inicio del exilio Max Aub de España, cuando atraviesa la frontera francesa junto a André Malreaux y el equipo de filmación de Sierra de Teruel, hasta las vísperas de su muerte acaecida en México en 1972. "He intentado recabar lo que he creído que interesaba más al lector español. Sus reflexiones intelectuales, humanas, políticas; sus opiniones sobre literatura o las polémicas en las que participó", comentó ayer Manuel Aznar, profesor de literatura en la Universidad Autónoma de Barcelona. Las más de 500 páginas del libro ofrecen una imagen fiel del pensamiento de Max Aub y de su inquebrantable adhesión a los valores éticos y culturales de la República. Por sus diarios, desfilan, entre otros muchos, nombres como Malreaux, Manuel Fraga, Fidel Castro, Pablo Picasso, Federico García Lorca o Josep Renau. Con este último, por ejemplo, mantuvo una polémica feroz a propósito de la publicación del relato Librada, que el fotomontador y cartelista tildó de anticomunista. Siendo militante del PSOE desde su juventud y seguidor de las tesis de Negrín de la unidad de acción con los comunistas en contra de las defendidas por Indalecio Prieto, el escritor rechazó airadamente el calificativo. A lo largo de sus escritos, Max Aub establece un diálogo crítico con su propio partido. El mismo espíritu crítico que anida en las consideraciones del autor de Escribir lo que imagino hacia algunos de sus amigos como Camilo José Cela, a quien echa en cara su dejadez frente al franquismo, o Francisco Ayala, a quien acusó de tibieza en sus años de exilio. Los diarios proceden del legado de la Fundación Max Aub al que se ha incorporado la documentación que la Diputación de Valencia adquirió. Pero la existencia de los propios diarios fue una auténtica sorprensa, dice Manuel Aznar. El autor sólo publicó en vida algunos fragmentos. El profesor valenciano ya realizó en 1995 el estudio introductorio y de las notas de La gallina ciega. Diario español, también editado por Alba. Precisamente esta obra, en la que el escritor relata su experiencia vivida durante algo más de dos meses en la España franquista de 1969, fue uno de los pocos que se publicaron -junto a Enero en Cuba, que escribió durante su estancia en la isla entre 1968 y 1969- en una edición mexicana. Su muerte impidió que viera la luz la segunda parte de ese diario referente a su última visita a España en la que se citó con Ricard Salvat a través de Ricardo Muñoz Suay, según señala en una nota a pie de página Manuel Aznar en Diario (1939-1972). "No tuvo tiempo de elaborar ese segundo diario español", apunta el estudioso, al tiempo que recuerda que algunas de las últimas impresiones de Max Aub están recogidas en la obra que se presenta hoy en Segorbe, ciudad en la vivió el escritor tras abandonar París a los 11 años. Diarios(1939-1972) y las futuras ediciones críticas de las obras completas del escritor contribuirán a garantizar, explica Aznar en el prólogo, que "el escritor exiliado, censurado por la dictadura del general Franco durante tantos años, no va a ser condenado en el futuro ni al silencio ni al olvido".
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