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Almunia abrirá ya el diálogo con IU, pese a las diferencias, para evitar más gobiernos de derechas

El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, no quiere verse ahora con el presidente del Gobierno, José María Aznar. Ayer, en Oviedo, explicó los motivos: "La experiencia me indica que no conviene reunirse sin antes haber preparado bien los asuntos a tratar, para evitar que, como en ocasiones anteriores, se frustren las expectativas o que el portavoz del Gobierno tenga una reacción furibunda mientras se desarrolla la entrevista". Almunia sí se reunirá de forma inmediata con la dirección de Izquierda Unida, aun a sabiendas de que persisten entre ambas formaciones "discrepancias fundamentales". Almunia confía en que éstas "se puedan superar para evitar que en el futuro siga gobernando la derecha".

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Joaquín Almunia asistió ayer en Gijón (Asturias) al congreso constituyente de la poderosa organización de UGT resultante de la fusión de sus federaciones del Metal y la Construcción. El secretario general del PSOE aprovechó su viaje para cenar el sábado en la ciudad asturiana con el candidato socialista a la presidencia del Gobierno, José Borrell. En la cena también participaron el nuevo portavoz adjunto socialista en el Congreso y secretario general de los socialistas asturianos, Luis Martínez Noval; el secretario general del sindicato FIA-SOMA-UGT, José Ángel Fernández Villa -dirigente, de tendencia guerrista, con gran influencia en la Federación Socialista Asturiana-; el alcalde de Gijón y candidato a las primarias socialistas en Asturias, Vicente Álvarez Areces; el ex presidente del Principado de Asturias y líder de la llamada tercera vía del socialismo asturiano, Antonio Trevín, y el secretario de la Agrupación Socialista de Gijón, Francisco Villaverde. Varios de los comensales coincidieron en señalar que la velada, celebrada en un restaurante del puerto deportivo de Gijón, fue "relajada, distendida y muy amistosa" y que, aunque se habló de política -no se quisieron desvelar los aspectos abordados-, también se hicieron comentarios sobre fútbol y otras cuestiones de diversa índole.Almunia confirmó que su encuentro con José María Aznar no se producirá hasta que "se haya avanzado lo suficiente" sobre aquellos asuntos a tratar en los que, en su opinión, puede y debe haber acuerdo entre PSOE y PP. Y los detalló: política antiterrorista, problemas de fondo de la justicia, desarrollo autonómico, futuro de la Unión Europea y la designación por el Senado de los magistrados que vayan a cubrir las cuatro vacantes del Tribunal Constitucional, para cuyo nombramiento se precisa un acuerdo previo de los dos partidos más importantes para garantizar que la decisión cuente con el respaldo de los tres quintos requeridos de la Cámara. De momento, no hay fecha para esta entrevista, que será la quinta entre los dos dirigentes desde que ambos desempeñan sus actuales responsabilidades.

La "pinza" con el PP

En cuanto a Izquierda Unida, Almunia expresó su deseo de "recuperar el diálogo" con la coalición. A su juicio, existen muchos aspectos para llegar a acuerdos (la jornada laboral de 35 horas, la oposición a la reforma fiscal del PP, etcétera), si bien admitió tres "discrepancias fundamentales". Y tampoco las ocultó: política exterior y de seguridad, construcción europea y la "táctica perversa de IU de hacer pinza con el PP contra el PSOE".Almunia confía, sin embargo, en que puedan superarse esos obstáculos y no cree que el reciente acuerdo preelectoral en la Comunidad de Madrid con Nueva Izquierda vaya a ser impedimento para ese diálogo con IU: "El PSOE llega a acuerdos con las fuerzas de izquierda con las que puede hacerlo, y eso no debe ser utilizado como coartada para negarse a otros acuerdos. Espero que Izquierda Unida lo interprete de forma adecuada".

Sobre el proceso judicial de los GAL, Almunia reiteró su convicción en la inocencia de José Barrionuevo y Rafael Vera, a quienes reiteró su solidaridad, y renunció a hacer comentarios sobre el proceso hasta que no se haya dictado sentencia. Repitió su respeto a los tribunales e invitó a que adopten esa misma actitud quienes, sin ser jueces, ya están condenando por anticipado a ambos.

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El dirigente socialista, como ya había hecho la víspera en Gijón José Borrell, expresó también su confianza en que el PSOE cuente en las próximas elecciones generales con el apoyo y respaldo de los trabajadores, y en particular de los afiliados a UGT desde "el máximo respeto a la autonomía entre ambas organizaciones". Y remachó: "Quiero llevarme bien con UGT y que UGT, y los trabajadores en general, nos entiendan y nos apoyen". Almunia defendió la autonomía mutua del sindicato y el partido, "pero desde un clima de diálogo y de respeto máximo".

A este respecto, el secretario general de la nueva MCA-UGT, Manuel Fernández, Lito, también expresó su deseo de buscar puntos de encuentro con el PSOE, pero desde la autonomía: "El sindicato debe hacer sindicalismo y no instalarse en la oposición a ningún gobierno".

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