La profesión homenajea a Fernán-Gómez en el Festival de Cine Español
Con la feliz resaca generalizada de una gala inaugural más que apañada, el Festival de Cine de Málaga dedicó su segunda jornada a la figura capital de Fernando Fernán-Gómez. Actores, escritores y directores amigos se desplazaron a Málaga para ensalzar al autor de El extraño viaje. "Me encantan los premios y los homenajes, lo que no me gusta nada son los actos sociales que acarrean", dijo ayer Fernando Fernán-Gómez.
El actor escogió ayer su característica personal y profesional distintiva: "Mayor cantidad de sinceridad, siempre he querido decir la verdad y eso resulta sorprendente cuando estamos educados en la hipocresía". Amigos como Eduardo Haro Tecglen, María Asquerino, Jaime de Armiñán, María Barranco, José Luis García Sánchez, Fernando Guillén, Marisa Paredes, Gabino Diego o Gemma Cuervo se acercaron a Málaga para arropar al gran maestro antes del pase nocturno de El mundo sigue, a la que ayer consideró el propio director como "una de las películas de las que no me avergüenzo" junto con El extraño viaje y El viaje a ninguna parte y los mediometrajes televisivos Juan Soldado y Las mujeres de mi vida. Fernán-Gómez se definió así: "Un actor profesional, un cómico, trabajo para el que estoy más capacitado que para el de director y en el que, en general, he dado mejores resultados". El autor de El actor y los demás admitió: "Dadas mis características físicas y talento, y dentro del país donde me desenvuelvo, creo que he llegado al máximo en mi profesión". En tono distendido, tras reconocer que sólo ve cine en televisión, ironizó sobre las habituales calificaciones negativas "que dan los críticos a las películas que echan en la tele. Si casi todas tienen punto negro y todos están de acuerdo en que son tan malas, se preguntó: "¿Por qué las dan y ponen las maravillosas a las 2.20 de la madrugada?". La sesión oficial entretanto acogía con tibieza el filme de Manuel Toledano, Cuernos de espuma, una producción hispano-norteamericana de Elías Querejeta rodada en inglés que retrata en clave documental a un grupo de travestis y drag-queens en el Nueva York actual. La película de Toledano, que admitió no tener esperanzas de llevarse el premio del festival y reconoció su carácter documental, es la primera en la carrera del joven director español, formado cinematográficamente en Nueva York.
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