El CVC aplaza la votación sobre la filiación del valenciano por las grandes diferencias de criterio
Conforme se acerca el plazo establecido en el mes de junio para dictaminar sobre el valenciano, afloran las enormes diferencias de criterio entre los miembros del Consell Valencià de Cultura (CVC). Diferencias que parecen insalvables. No obstante, el pleno del CVC decidió ayer aplazar la votación sobre la identidad y denominación del valenciano como último recurso para buscar una salida consensuada. La próxima semana se elaborará una moción sobre la matería que se someterá a votación el jueves. El pesimismo se ha impuesto entre algunos miembros del CVC.
La discusión en el seno del Consell Valencià de Cultura llegó ayer a un punto muerto. Las intervenciones de los consejeros se sucedían defendiendo cada uno sus posiciones sobre el origen del valenciano. La mayoría de los miembros nombrados a propuesta del PP y de UV mantuvieron que el valenciano es una lengua distinta del catalán o intentaron soslayar la cuestión, para que se pronuncie "una futura entidad normativa", según señala una nota del CVC. Éste es el postulado del informe que presentaron la semana pasada Ricardo Bellveser, Ramón de Soto y Manuel Muñoz, a los que se añadieron Joaquín Calomarde, Xavier Casp y Luis Prades. Ayer, además, Leopoldo Peñarroja insistió en sus tesis secesionistas del valenciano con respecto al catalán, en contradicción con los postulado científicos de la comunidad académica y de la gran mayoría de los casi 300 informes que el CVC ha recabado de otras tantas instituciones y entidades. Por el contrario, las intervenciones de los consejeros nombrados por el PSPV y EU siempre siguieron la línea del informe de Carmen Morenilla y Rosa Serrano, que deja bien clara la unidad lingüística con el catalán, lo que no invalida la denominación de valenciano, documentada históricamente. En este sentido, Vicent Álvarez recordó la definición de la RAE -"el valenciano es una variedad del catalán"- e incluso el pronunciamiento del Tribunal Constitucional sobre la legalidad en el uso del término lengua catalana en el ámbito académico. Álvarez se pregunta si cabe otorgar la misma importancia a estas instituciones que a las secesionistas Lo Rat Penat o la Real Academia de Cultura Valenciana. Así las cosas, la iniciativa de Manuel Bas Carbonell, nombrado por el PP, de basar el dictamen en las normas del 32 podría convertirse en uno de los escasos puntos de consenso en las próximas sesiones de debate. No obstante, el consejero tendría que vencer las reticencias de algunos miembros designados por el PP y UV. Además, la propuesta podría considerarse insuficiente e inaceptable por cuanto conlleva que el CVC no se pronuncie de momento sobre aspectos lingüísticos polémicos, pero mollares, con el único fin de llegar a algún acuerdo. Sí hubo un consenso en crear la ponencia sobre el origen, nombre y filiación del valenciano como única salida a los desencuentros en este tema. Xavier Casp, como presidente de la ponencia -por su mayor edad-, Calomarde, Muñoz, Lapiedra, Morenilla, Serrano, De Soto, Bas, Morera y Álvarez redactarán el miércoles un texto que se someterá a votación en el pleno del CVC al día siguiente. Pero esta salida coyuntural no oculta el pesimismo y desánimo de un parte importante del CVC. El encargo del presidente del Consell, Eduardo Zaplana, de llegar a un pacto lingüístico a través del dictamen del órgano consultivo se encuentra en uno de los momentos más críticos. A un año vista de las elecciones autonómicas, la tesis de que el PP no accederá a perder los votos que proporciona la instrumentalización política de la lengua cobra de nuevo fuerza. No obstante, el CVC continuará su trabajo la próxima semana.
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