_
_
_
_
_

Medio Ambiente permite una cantera en una zona prevista como parque en Almería

Tereixa Constenla

,El beneplácito de la Consejería de Medio Ambiente a la apertura de una nueva cantera en el Karst de Yeso en Sorbas (Almería), uno de los ecosistemas de yeso más sobresalientes a nivel mundial junto al de Bolonia (Italia) y Podolia (Ucrania) , ha soliviantado a ecologistas y espeleólogos. La decisión de la Administración entraña una abierta contradicción al dar luz verde a una explotación minera, enclavada dentro del perímetro del proyectado parque natural de las Sierras de Cabrera y Bédar.

Una superficie de 2.375 hectáreas del Karst en Yeso de Sorbas está protegida desde 1989 como paraje natural. Fuera de estos límites, sin embargo, no muere el singular ecosistema kárstico, cuya formación se inició a finales del Mioceno (de 14 a cinco millones de años). La principal amenaza que aqueja al espacio obedece a la actividad extractora de yeso que, por otra parte, constituye uno de los soportes económicos de la comarca. El sempiterno debate entre la preservación ambiental y el desarrollo aflora claramente en este paisaje, donde la singularidad externa es anulada por la belleza subterránea escondida en el millar de cavidades que se han inventariado. El anteproyecto del plan de ordenación de recursos naturales del parque natural de las Sierras de Cabrera y Bédar, que la Consejería de Medio Ambiente debió paralizar ante la oposición social que levantó en la zona, alertaba sobre el impacto ambiental de las actuales zonas de explotación a pesar de estar situadas fuera del paraje natural porque, de hecho, afectaban a la formación karstificada. "Ello genera un fuerte impacto visual y la desaparición de extensas superficies de cobertera edafo-vegetal", advertía el borrador. El documento de Medio Ambiente, redactado en 1996, incluía un varapalo para las empresas mineras: "En ninguna de las explotaciones se observa un cumplimiento efectivo de los Planes de Restauración que están obligados a realizar". Dos años después de aquel informe, una de estas firmas, Iberyeso, ha obtenido el dictamen favorable de la misma Consejería para abrir una nueva cantera -Marisa-, situada junto a una de las que ya explota al noreste del paraje natural. La nueva actividad, según la Confederación Ecologista Pacifista de Andalucía (CEPA), que expresó su rechazo en su última asamblea general celebrada en Málaga, se desarrollará "en una zona en la que no hay una investigación espeleológica suficiente para determinar afecciones al medio, ya que con seguridad hay cavidades que serán destruidas". Además de los problemas generados en los núcleos urbanos -vibraciones por explosiones, polvo o ruido-, la CEPA alerta sobre la amenaza que entraña para endemismos locales (romerillo de Sorbas, tamarilla y narciso blanco) y especies vegetales en peligro de extinción. Y hacen trizas el plan de revegetación propuesto por Iberyeso: métodos "frágiles" e "inviables" dadas las precipitaciones y las características del ecosistema kárstico. Medio Ambiente, sin embargo, justifica su visto bueno al dictaminar como favorable el estudio de impacto ambiental presentado por la empresa en el extremo norte de la cantera Marisa al argumentar que no afectará al sistema de karst ni a sus fuentes subterráneas de alimentación ni a otros valores biológicos. Desde la Delegación provincial se hace, además, hincapié en el rechazo a las restantes peticiones de la firma. Iberyeso presentó un estudio de impacto ambiental para tres nuevas canteras, una de ellas enclavada en el corazón del paraje natural, que ha sido desestimada por la Junta de Andalucía. Sobre la explotación situada al sur del paraje, la decisión administrativa queda en suspenso hasta constatar si es un hábitat natural de la tortuga mora. De la cantera ubicada al norte, Medio Ambiente ha excluido un cerro para que ejerza de "pantalla visual" para ocultar la visión de la explotación. La decisión de la Administración, en opinión de espeleólogos, resulta contradictoria al autorizar la explotación en una zona que proyectan proteger como parque natural: "Es verdad que no afecta a las fuentes de alimentación, pero hay un montón de cuevas de interés espeleólogico". Una de las asociaciones de espeleología que trabajan en el Karst critica la falta de control sobre el seguimiento de los procesos de restauración y los criterios de las empresas que optan por la explotación al aire libre y renuncian a profundizar en vertical. Para los espeleólogos, "hay una infrautilización turística del Karst, que podría cambiarse por la riqueza que genera la minería".

Museo subterráneo

Sorbas, una pequeña localidad de Almería, tiene dos peculiaridades: más casas colgadas que Cuenca y uno de los ecosistemas sobre yesos más notables del mundo que ocupa unos 18 kilómetros cuadrados (12 de ellos protegidos como paraje natural). Ambas rarezas son poco conocidas fuera del límite provincial o de los circuitos espeleológicos. Entre el millar de cavidades del Karst en Yeso de Sorbas, hay siete que superan el kilómetro de recorrido como la Cueva del Agua. Hay galerías laberínticas, elípticas, en guirnalda, cañones, salas, conos inversos en disolución, tal variedad de formas que convierten el conjunto en uno de los mejores museos subterráneos para el estudio de los procesos que acaecen el dominio morfogenético kárstico. Para los profanos basta la admiración.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_