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Multa de sólo 25.000 pesetas para los dueños del andamio caído en Arganzuela

Antonio Jiménez Barca

A las 11.30 de la noche del miércoles, un andamio de hierro de siete plantas se desplomó de golpe en Arganzuela. Aplastó 12 coches, arrancó varios balcones y destrozó la fachada del edificio. Nadie resultó herido porque nadie pasaba por ahí en ese momento. El Ayuntamiento impondrá a la empresa constructora que colocó la estructura la máxima multa posible: 25.000 pesetas. El concejal de Arganzuela, Clemente Torres, del PP, reconoció ayer que la suma "es insignificante" y que la empresa erigió el andamio sin licencia.

La empresa se llama Europa de Andamios y Equipamientos, y se dedicaba a revocar la fachada de un edificio de la calle de Tomás Borrás. Según explicó ayer en los pasillos del pleno municipal el concejal de Arganzuela, deberá hacer frente a dos acusaciones: haber colocado un andamio sin el permiso ni supervisión de la junta municipal, cosa que está multada con 25.000 pesetas; y haber causado daños a los coches, de los balcones y a la fachada del edificio. Los propietarios podrán acusarla de "neglicencia" ante un juez pero será éste, y no el municipio, el que determine la culpa y la cuantía de las indemnizaciones.En cualquier caso, el Ayuntamiento tiene las manos atadas, según explicaba ayer el concejal de Urbanismo, Ignacio del Río, del PP: "La ley de disciplina urbanística, que es la que determina la cuantía de las anciones, es un ley regional, no municipal, y se aprobó en 1984".

Los bomberos que acudieron el miércoles a la calle de Tomás Borrás comentaron que la causa del desplome fue la lluvia y el viento. El concejal Torres añadió ayer que lo que había provocado el incidente había sido "un fallo en el montaje".

El Ayuntamiento paga

No sólo el Ayuntamiento no podrá imponer una multa mayor de 25.000 pesetas. Existe la posibilidad de que, además, acabe pagando los daños ocasionados por el derrumbe de la estructura metálica. Si el juez declara culpable a la empresa, pero ésta a su vez se declara insolvente, el municipio, como responsable legal subsidiario, deberá hacerse cargo de las indemnizaciones. "Y todo esto por 25.000 pesetas", se quejó Torres.El andamio medía 35 metros de ancho y fue colocado hace una semana a fin de revocar la fachada. Los obreros llevaban dos días trabajando.

El cuatro de mayo se vino abajo otro andamio: el instalado en la sede de UGT, en la avenida de América, 25. El viento fue, en este caso, el causante, según explicaron los bomberos: hinchó la lona que recubría la fachada en restauración, en un curioso efecto vela y arrastró consigo la estructura. Tampoco entonces hubo heridos, aunque un coche que estaba aparcado al pie del inmueble resultó dañado.

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Algunos concejales se quejaron ayer de que, ultimamente, con la proliferación de empresas que pagan sumas astronómicas a los vecinos por colocar publicidad en las lonas que recubren los andamios "las obras duran más de lo que deberían", según explicó ayer Sigfrido Herráez, arquitecto y concejal de Vivienda.

"Los vecinos están satisfechos porque la empresa les paga un buen dinero al mes, que en algunos casos puede llegar a un millón de pesetas, y las empresas tienen un anuncio rentable y barato en la calle", añadió el concejal.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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