La gala de los Premios Max enfrenta al sector teatral

La entrega de los Premios Max de las Artes Escénicas, creados por la SGAE y la Fundación Autor, estuvo marcada por la sorpresa y el sobresalto. Los mejores y más conocidos actores del teatro español simularon reventar el acto que había sido ensayado minuciosamente por Lluís Pasqual. Pero la ceremonia , celebrada en Madrid la noche del pasado lunes, ha creado controversia en el sector. Fue una gala marcada por reivindicaciones y sobresaltos, no todos previstos, como el abucheo a Esperanza Aguirre, algo que muchos de los asistentes consideraron una grosería innecesaria.

El teatro catalán acaparó los mejores premios de La Noche de los Max, primeros premios del mundo de las artes escénicas que nacen con la intención de convertirse en los goyas del teatro español. Mario Gas, Albert Boadella, Viky Peña, Ramón Fontseré, Jaume Sisa, La Fura dels Baus o La Cubana fueron algunos de los triunfadores de la noche.Pareció en más de un momento un acto contra el ministerio, en presencia de Esperanza Aguirre, ministra de Educación y Cultura, quien fue abucheada por parte de los asistentes cuando entró en la sala en el penúltimo corte publicitario de la gala. Se marchó en el último de los cortes.

Muchos vivieron como una profunda grosería el abucheo a la ministra Aguirre, quien declaró ayer: «Es una lástima que se aprovechara el acto para presentar reivindicaciones corporativistas, considero que fue desproporcionado el tratamiento».

Juan Antonio Hormigón, secretario general de la Asociación de Directores de Escena, afirmó ayer que no entraba en consideraciones estéticas sobre la ceremonia: «Pero que los problemas del teatro y sus posibles soluciones son algo demasiado importante como para ser tratados de un modo tan superficial y ante un público potencial que desconoce su naturaleza específica; para ayudar al teatro no basta con dedicarle mucho dinero sino saber cómo utilizarlo», y añadió: «Quizá no sea ésta la mejor manera, en cualquier caso los directores de escena nos sentimos escasamente presentes en el propio origen de estos premios».

Por otra parte, la Unión de Actores, a través de su secretario general, Jorge Bosso, comunicó: «Tenemos muchos obstáculos para celebrar un congreso para la unidad y reivindicación de nuestros problemas, muchos de los cuales se airearon en La Noche de los Max por actores que no están interesados en incorporarse a los sindicatos. ¿Tendremos que hacer una función benéfica, emitida en directo por televisión, para tener tanta participación y a tan alto nivel?»

El espectáculo Sweeney Todd se llevo cuatro premios, de cinco candiaturas que tenía (espectáculo de teatro musical, dirección, actriz protagonista y escenógrafo a Jon Berrondo). La Cubana se llevó los dos premios a los que optaba (producción y espectáculo teatral); Els Joglars, dos (autor y actor), y Jaume Sisa resucitó como mejor compositor musical teatral. Todo ello en una ceremonia que se inició y finalizó con la intervención de otro catalán, Adolfo Marsillach. Otros premios fueron para Antonio Gades (mejor bailarín y coreógrafo) y Fernando Fernán-Gómez, mejor adaptador.

Pelo de tormenta, con ocho candidaturas, se conformó con figurinismo y actor de reparto (Paco Maaestre), modalidad que en la parte femenina recayó en Natalia Dicenta. Antonio Canales obtuvo el galardón al mejor espectáculo de danza; Aida Gómez, mejor bailarina; el Gran Wyoming y su inseparable Reverendo, mejor performance , y la Tartana Teatro, infantil. La noche también tuvo los premios Max especiales para La Fura dels Baus, Alicia Alonso, Rodrigo García, y Teatro de la Zarzuela.