SERVICIO GRAMATICAL

El pasado lunes fue presentada, en el salón de actos de la Escolanía de Covadonga, la primera gramática moderna de la llingua asturiana, que es como oficialmente se llama el bable o asturianu, donde, en 400 páginas, se recoge el paciente trabajo de la Academia de la Llingua Asturiana, presidida por Xosé Lluis García Arias, y de los académicos y lingüistas Ana María Cano González, Ramón d'Andrés y Alfredo Álvarez Menéndez, entre otros . Coincide esta fecha, tan importante para la normalización lingüística de Asturias, con el 190º aniversario de la constitución en 1808 de la Junta General del Principado, que para sacudirse el yugo del invasor francés se declaró soberana y decidió el doble envío de sus representantes a las Cortes Españolas y embajadores ante el Gobierno inglés, como recordó Xosé Lluis García Arias durante su intervención. El acto fue abierto por el abad de Covadonga, Manuel Antonio Díaz, que calificó a la nueva gramática como «un proyecto querido» y respaldó a sus autores diciéndoles: «Hicisteis lo que teníais que hacer». En el debate que existe en Asturias sobre la oficialidad del bable, la Academia de la Llingua ha visto con agrado el apoyo de la Iglesia asturiana, con el arzobispo de Oviedo, Gabino Díaz Merchán, al frente, según manifestó en Madrid Xosé Lluis García Arias, que coincide con lo que afirmaba recientemente en un artículo el académico y profesor de la Universidad de Oviedo Ramón d'Andrés: «La gramática es un servicio a los ciudadanos de Asturias, como hablantes y sujetos de derechos; a la cultura asturiana, como patrimonio de la sociedad, y a la ciencia, verdadero martillo de los prejuicios y supersticiones que todavía anidan entre nuestros dirigentes».