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FERIA DE SAN ISIDRO

Iniesta: «Si tras una cornada sigues, es porque quieres ser torero»

El joven novillero toma hoy la aternativa

«Es como tomar la primera comunión», dice José Antonio Iniesta tras tomarse su tiempo para encadenar un símil. El diestro se refiere a la tarde de hoy en la que tras cuatro temporadas como novillero con caballos se doctora de manos de un Ortega Cano que cumple su última feria. «En Las Ventas durante San Isidro. Sin duda es el sueño cumplido de cualquiera que se dedique a esto», continúa. Tras la gravísima cogida del pasado 28 de septiembre y unos días más tarde (el 19 último) de despedirse como aprendiz, el albaceteño se siente a la vez seguro y maduro: «Cuando tienes una cornada tan grave y sigues adelante, es porque sabes sin lugar a dudas que quieres ser torero. Después de un incidente como el que padecí, te queda la duda si una vez recuperado vas a estar a gusto delante del toro. Yo lo estoy».

El toreo que promete este diestro de 22 años es el clásico: «No hay otro. Enganchar a los toros desde muy adelante y llevarlos muy templaditos y ceñidos hasta lo más atrás posible». «Es cierto», puntualiza, «que los toros que se ven ahora no permiten muchas veces hacer el toreo que sientes. Son muy parados. Quizás, por ello, se ha impuesto un tipo de hacer las cosas -lo que se llama toreo moderno- diferente. Pero no, lo importante es hacer las cosas como tu crees y has aprendido».

Iniesta se refiere a la escuela de tauromaquia de Albacete donde dio sus primeros pasos con 12 años. Allí, Sebastián Cortés le condujo hasta su primera actuación en público el 15 de mayo de 1992 en La Carolina (Jaén). «En mi familia no hay antecedentes taurinos. Sin embargo, ya desde muy pequeño sabía que quería hacer esto. Primero, fue Sebastián y, luego, Tinín», comenta, aludiendo a sus maestros.

En su particular capilla, figura una larga lista de toreros, faenas y recuerdos que se condensan en un nombre: «Para mí, José Ortega Cano ha sido un referente. Siempre me he fijado mucho en su forma de concebir el toreo». Al diestro cartagenero, sus ideas y la forma de llevarlas a la práctica le han reportado, entre otras cosas, 22 cicatrices. «Yo, de momento, llevo tres. Algo consustancial con el oficio». Iniesta dice no haber pensado nunca en la faena ideal. También en este punto echa mano del manual del perfecto clasicismo: «Cada toro tiene su lidia, su faena. Torear es improvisar». Por último, se confiesa creyente -«aunque no practicante», añade- y no duda en completar su devocionario con la Macarena y la Virgen de la Consolación, patrona de Iniesta.

LA CORRIDA DE HOY

Plaza de Las Ventas.

20ª corrida de abono.

Toros de Garcigrande, propiedad de Domingo Hernández, de la finca Garcigrande, en Alaraz (Salamanca). Divisa blanca y roja. Antigüedad, 29 de junio de 1986.

Matadores: Ortega Cano, Víctor Puerto y José Antonio Iniesta, que toma la alternativa.

A las siete de la tarde.

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