Enseñanza quiere que todas las escuelas públicas impartan religión
La Generalitat ha decidido intervenir para modificar la situación en que, a su juicio, está la asignatura de religión en los centros públicos de Cataluña. Para ello, el Departamento de Enseñanza ha ordenado enviar una circular a todos los padres de niños de cinco años que van a pasar a primaria en las escuelas públicas, para recordarles que "la religión es un derecho constitucional" y que "el centro tiene la obligación de garantizar la oferta de formación religiosa". Enseñanza arguye que "bastantes centros" no ofrecen esa posibilidad.
La circular que los directores de los centros han enviado a todos los padres se ampara en una resolución del Departamento de Enseñanza que pretende hacer cumplir la normativa sobre la formación religiosa en los centros públicos. "En ciertos casos", dice la resolución, "no se despliegan correctamente las previsiones en relación con el ejercicio del derecho de los alumnos a recibir formación religiosa y moral que esté de acuerdo con las convicciones de sus padres". La directora general de Ordenación Educativa, Maria Àngels González, reconoció que el objetivo de la resolución es hacer cumplir la LOGSE, que señala que la religión es obligatoria para el centro y optativa para los alumnos. Según González, esta ley no se cumple íntegramente en Cataluña porque "hay bastantes centros públicos que no ofrecen a los padres la posibilidad de elegir la asignatura de religión". La directora general, sin embargo, se negó a facilitar el número de escuelas que incumplen la ley. En la comunidad educativa la iniciativa ha sido acogida con reticencia y en algunos casos se ha interpretado como una forma de presión para aumentar la demanda de esta asignatura. La FAPAC, la federación de padres más importante de Cataluña, es tajante: "Representamos a 1.200 asociaciones de padres y madres, creyentes o no, y nadie se ha quejado de que se le negara a sus hijos la posibilidad de tener clase de religión", aseguró su presidente, Rafael Torrubia. "Lo que no entiendo", añadió, "es por qué la Generalitat no tiene el mismo interés en recordar a los ciudadanos otros derechos constitucionales, como la gratuidad de la enseñanza". Por su parte, la directora de una escuela del distrito de Sant Martí fue más incisiva: "¿Por qué no les recuerda también a los padres que sus hijos pueden recibir enseñanza en castellano hasta los seis años?". "Creo que Enseñanza, al comprobar que la asignatura de religión no tiene demasiada demanda, intenta inducir a los padres a que la pidan", agregó. Cinco de trece Este diario ha comprobado la situación de la religión en 13 centros públicos: ocho de ellos aseguran impartir esta asignatura en primaria y cinco no la imparten. Los 13 directores coincidieron en que si un padre quiere que su hijo tenga clase de religión, no se le puede negar porque es un derecho. Las cinco escuelas que no imparten religión argumentan básicamente la misma razón: que no hay demanda o que es tan reducida que el arzobispado no envía profesor. Un portavoz de la organización eclesial indicó al respecto que eso es "improbable" ya que envían un docente siempre que haya padres que lo soliciten. Parte de la comunidad educativa critica la circular que Enseñanza ha enviado a los padres para recordarles que los centros deben garantizar la formación religiosa. Varios de los directores de escuela entrevistados aseguran que el departamento nunca había enviado a los padres un documento donde se pusiera tanto énfasis en el reconocimiento de este derecho. La directora general de Ordenación Educativa negó que la Generalitat pretenda impulsar la enseñanza de religión y aseguró que, además de hacer cumplir la ley, la circular pretende averiguar el número real de alumnos que querrán clase de religión en primaria. Y añadió: "Con esta medida permitimos a los padres que puedan volver a decidir, al cambiar sus hijos de etapa educativa, si quieren religión o enseñanzas alternativas". PASA A LA PÁGINA 3
