El Tribunal Supremo, clave para el presidente
El proceso para destituir al presidente ruso es largo y complicado. Por algo se fabricó Yeltsin en 1993 una Constitución a su medida. El primer paso se dio ayer con el respaldo de al menos un tercio de la Duma, 150 diputados, al acta de acusación . No es probable que se vaya mucho más allá. Ahora, el pleno debe decidir si crea o no un comité de investigación. Si éste se formara y recomendase el cese, haría falta que dos tercios de la Cámara lo aprobasen. En ese momento, el líder del Kremlin perdería su derecho a disolver la Duma.Un Tribunal Supremo cuyos jueces son en la mayoría hombres de Yeltsin tendría que dar luego su visto bueno. El Tribunal Constitucional debería avalar la decisión. El último paso sería la votacion en el Consejo de la Federación, la Cámara alta del Parlamento. También ahí haría falta una mayoría de dos tercios. Pero es casi imposible que se llegue tan lejos.
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