Muere un policía en un tiroteo con un atracador en las calles de Barcelona

Javier Guerra Hidalgo, agente del Cuerpo Nacional de Policía de 25 años, que llevaba un año y medio casado, murió ayer en el hospital Clínico de Barcelona a causa de un balazo en el vientre que minutos antes le había propinado un atracador al que el agente intentaba detener. Los hechos se desencadenaron en pleno centro urbano de Barcelona tras atracar dos delincuentes una sucursal de La Caixa.

A partir de ese momento se desencadenó una infernal espiral que acabó con la vida del policía, se produjo un intento de secuestro, un intento de suicidio, la detención del atracador homicida y la huida del segundo delincuente, perdido en el dédalo de calles del barrio viejo de Barcelona.A las 11. 45 de ayer saltó la alarma en la policía: dos personas habían atracado una agencia de La Caixa y habían huido en un taxi. Se puso en marcha una especie de Operación Jaula para aislar a los delincuentes. Éstos, a unos 500 metros de donde habían perpetrado del atraco abandonan el taxi y son descubiertos por una patrulla que les da el alto. Uno de los bandidos se da la vuelta y descerraja dos tiros contra el policía Javier Guerra, nacido en Badalona. Los proyectiles le impactan en el abdomen. El agente es trasladado al hospital Clínico, donde muere en la mesa de operaciones. El ministro Jaime Mayor Oreja asistirá hoy a los funerales.

El presunto autor de los disparos, acorralado por la policía, se refugia en un bar. Allí coge como rehenes al dueño del establecimiento y a sus padres. El presunto homicida les pide que le marquen el número de su madre. Habla con ella y después anuncia a sus rehenes que se va a pegar un tiro. Los dueños del bar le disuaden y le convencen para que se entregue. El atracador es un viejo conocido de la policía. La pistola con la que disparó es la misma con la que el día 8 una persona intentó matar al exagente José Gilart, quien sigue ingresado en estado grave en un hospital de Barcelona.