Impacto visual

Cada día decenas de miles de ciudadanos se levantan, salen de sus casas -para algunos, los cajeros automáticos-, caminan, suben al autobús, cogen al tranvía o se introducen en la boca del metro. Todos se desplazan en un mismo decorado. Y a pesar de su continua presencia, la ciudad pasa desapercibida con mucha frecuencia. La mirada cotidiana, esa que a fuerza de costumbre se relaja hasta sólo reconocer los contornos del itinerario diario, pierde su capacidad de observación y extrañamiento, y se convierte en un mero detector de los obstáculos urbanos. Desde ayer, una exposición en Valencia intenta abrir los ojos a los viajeros del metro y del tranvía, en particular, y a los transeuntes, en general. Organizada por el Consorci de Museus en colaboración con Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana, Ciudades invisibles reúne el trabajo de siete fotógrafos. Son 7 miradas contemporáneas sobre Valencia, según reza el subtítulo de la muestra, cuya mayor singularidad radica en el entorno en que se ha montado. Las fotografías de Ouka Lele, Alex Francés, Concha Prada, Mabel Palací, Pedro G. Romero, Motse Soto o Carmen Navarrete ocupan desde ayer y hasta el 20 de junio las paredes de las estaciones de metro y los paneles de las paradas del tranvía. Cada uno expone 10 fotografías, reproducidas a gran tamaño, en las que ofrecen su visión particular de la ciudad, que puede ser imaginaria. El artista valenciano Álex Francés, por ejemplo, ha encontrado problemas para retratar el lugar donde reside habitualmente. Al final, optó por recrear los límites de la ciudad, mostrando las acequias, charcos y gente durmiendo bajo los puentes, además de la ciudad de su "interior". El sevillano Pedro G. Romero ha utilizado una serie de emblemas de la ciudad para proponer un juego "absurdo" de palabras con los nombres de las calles, que interrelaciona con imágnes e ideas. La catalana Mabel Palacín ha buceado en lugares comunes en todas las ciudades y ha reconstruido en su estudio diversas situaciones. La zamorana Concha Prada, afincada en Valencia, pone en práctica la idea del espejo, recreando la imagen de la ciudad. Así explicaron ayer sus trabajos los cuatro artistas que asistieron a la presentación realizada bajo las claraboyas de la estación del metro de la Alameda diseñada por Santiago Calatrava. El comisario de la exposición, José Miguel G. Cortés, destacó la singularidad del proyecto y la multiplicidad de las visiones. Rodeada de su grupo de colaboradores más estrechos -Cortés y Juan Vicente Aliaga, entre otros-, responsables de la mayoría de las exposiciones de su departamento, la directora general de Promoción Cultural, Museos y Bellas Artes, Consuelo Ciscar, citó a Italo Calvino como referencia del recorrido "por todo un conjunto de ciudades imaginarias que, en cierto modo, las ciudades reales pueden albergar en su interior". Sorprendentemente, cuando la conferencia de prensa estaba a punto de concluir, Ciscar preguntó a una persona que parecía conocer y que identificó como catalán, su opinión sobre la labor realiza por el Consorci de Museus que ella dirige. Obtuvo una respuesta elogiosa.