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Aznalcóllar se echa a la calle para reclamar la reapertura de la mina

Agricultores de Doñana se suman a las labores de limpieza

Los habitantes de Aznalcóllar se echaron a la calle ayer para reclamar la continuidad de la actividad minera en la comarca. Más de 2.000 vecinos reivindicaron el buen nombre de este pueblo minero, conocido ahora en todo el mundo por el vertido tóxico que amenaza el parque de Doñana. La tarea más urgente para paliar los efectos de la riada en el medio ambiente, la retirada de lodos, se impulsará a partir del lunes con la concentración de maquinaria en el primer tramo del río Guadiamar.

Todos los comercios y negocios de Aznalcóllar (cerca de 6.000 habitantes) cerraron ayer en apoyo de una reivindicación de la que depende su seguridad económica. La corta de Los Frailes, ahora parada, daba trabajo hasta hace dos semanas a 520 vecinos de la comarca. Tras la rotura de la balsa que originó el desastre ecológico, los 40 contratos temporales no han sido renovados, la empresa Boliden ha abierto un expediente de regulación de empleo a 350 mineros, y tan sólo 130 seguirán en el tajo, aunque ahora ocupados en tareas de extracción del lodo tóxico que compromete su horizonte laboral. Y el de todo el pueblo.«Lo único que garantiza la viabilidad del desarrollo sostenible en la zona es la reapertura de la mina», explicó el alcalde de Aznalcóllar, Francisco Márquez (PSOE), en la cabeza de la manifestación. Todas las pancartas -y las proclamas, «Patos sí, minas también», «Doñana sí, Boliden también»-, apostaban por la continuidad de la explotación pirítica compatible con el respeto al medio ambiente. Alcaldes y representantes sindicales de pueblos (Río Tinto, Nerva, Tharsis) de la cuenca minera de Huelva y Sevilla acudieron a la manifestación para reforzar con su presencia este mensaje. Tampoco faltaron a la cita parlamentarios andaluces como José Caballos (PSOE), Rafael Calco (PP) o Concha Caballero (IU). En una esquina Anders Amtonsson, coordinador de información de la empresa sueco-canadiense contemplaba el paso de la manifestación. «Nuestra intención es reabrir la mina en otoño». Las mismas palabras que pronunció el presidente de Boliden, Anders Bullow, en Toronto, hace dos días, ante los accionistas de la empresa.

Mientras, la retirada de los lodos tóxicos cogió ayer carrerilla con la desaparición de las lluvias. Los equipos de limpieza lograron ayer sacar de la zona contaminada 5.848 metros cúbicos de los barros negros cargados de metales pesados pero a partir del lunes piensan dar un acelerón: la mayoría de los efectivos se van a concentrar en el tramo del Guadiamar comprendido entre la mina y Sanlúcar la Mayor, la zona más enlodada, con el objetivo de retirar «diariamente un mínimo de 20.000 metros cúbicos de lodos».

Agricultores de las zonas afectadas se han sumado a la limpieza y a primeros de junio está prevista la incorporación de 1.000 trabajadores rurales. En total ya han logrado retirar un total de 47.600 metros cúbicos de lodo de los cerca de 2,5 millones de metros cúbicos que han quedado esparcidos por los cauces del Agrio y el Guadiamar. El grueso del personal y los refuerzos se concentrarán el lunes en el primer tramo contaminado, ya que éste es el que determina el ritmo de limpieza y donde existe más riesgo de que una eventual lluvia arrastre los barros y cubra lo ya limpiado.

Los trabajos se van a combinar con una «ocupación temporal», de los territorios afectados, según aseguró ayer en Madrid la ministra de Medio Ambiente Isabel Tocino. Se trata de una expropiación a tiempo parcial, para garantizar la limpieza. Por otro lado, la Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha rechazado por defecto de forma el recurso interpuesto por Los Verdes contra el auto que desestimó abrir diligencias contra tres consejeros andaluces por su responsabilidad en la rotura de la presa minera, informa Efe.

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