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La huelga general paraliza la actividad en los municipios de las comarcas olivareras

Pocos se lo creían, pero los datos confirmaron hora a hora la paralización de la actividad en buena parte de los 305 municipios españoles, 243 de ellos andaluces, convocados a la huelga general en defensa del olivar y en contra de la propuesta de reforma del sector. El 92% de los 1,6 millones de españoles convocados secundó ayer la huelga en Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura, según sindicatos y organizaciones agrarias. Al mediodía llegó la euforia: entre 60.000 y 100.000 personas, según la Policía Local y la Mesa del Aceite, respectivamente, se echaron a las calles de Jaén para manifestarse y exigir al Gobierno central que frene, bloquee o vete las pretensiones de Bruselas.

La provincia de Jaén, la primera productora de aceite del mundo, se paralizó ayer. La capital no fue sino el espejo de lo que ocurrió en los 96 municipios jiennenses que fueron a una huelga secundada de forma masiva: el 80% según la Delegación del Gobierno o el 98% según los convocantes UGT, CC OO y las organizaciones agrarias COAG y UPA.Comercios cerrados, polígonos industriales casi inactivos, empresas otrora demandantes de solidaridad como Santana o Molina cerradas a cal y canto. Casi nadie por las calles. El seguimiento fue desigual en los organismos dependientes de la Administración central. La capital estaba preparada para acoger la manifestación, que congregó a más de 60.000 personas de las comarcas olivareras.

El presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, a la cabeza, detrás de una primera pancarta con los integrantes de la Mesa del Aceite. A su lado, varios consejeros de la Junta, representantes de los sindicatos, incluido el secretario general de UGT, Cándido Méndez, y dirigentes regionales de todos los partidos políticos. El PP limitó su presencia, duramente contestada por los manifestantes, con una decena de dirigentes provinciales.

Bajo el lema "Paro hoy para trabajar mañana" la manifestación recorría los dos kilómetros de trayecto. A los gritos de "Dónde están, no se ven, los ministros del PP", y bajo pancartas del tenor de "Loyola, que no emigren los de siempre" o "PP, traidor del olivar", los manifestantes pedían que los populares abandonaran el acto. La patronal Asaja tampoco se escapó. Su presidente nacional, Pedro Barato, no pudo intervenir en el acto central por los abucheos de los olivareros, que le echaron en cara su falta de apoyo a la huelga general.

Piquetes

Para que las calles presentasen el desértico aspecto que tenían a media mañana, los piquetes tuvieron que actuar desde las 12 de la noche en el polígono industrial. Lo primero fue impedir que el mercado de mayoristas abasteciera; lo segundo, poner clavos para evitar que saliese el servicio público de transporte. En la segunda fase quedaron los comercios, que se rendían ante la contundencia de las decenas de sindicalistas que configuraban los piquetes.Un lugar que no olvidaron visitar fue el Ayuntamiento de la capital, gobernado por el PP. Excepto algunas dependencias públicas que amanecieron selladas con silicona, los incidentes registrados fueron mínimos a lo largo de la jornada.

Las organizaciones convocantes cifraron el seguimiento de la huelga en Andalucía en el 95%. El 98% de los jiennenses, el 100% en la decena de pueblos de Cádiz y Almería, el 95% en Córdoba, el 90% en Sevilla, el 86% en Granada y el 80% en Málaga. Unos datos que difieren de los oficiales del Gobierno, que sólo se acercó al cifrar en un 80% el seguimiento "masivo" en Jaén o de entre el 50% y el 100%, en Córdoba. En el resto, según datos de primera hora de la mañana, el seguimiento fue desigual: escaso en Granada y Sevilla y nulo en Málaga.

En Extremadura el seguimiento fue del 80% y en Castilla-La Mancha del 85%, según la Mesa del Aceite sobre los poco más de 60 municipios de estas comunidades convocados, informa desde Toeldo Isabel Salvador.

El éxito de la protesta fue la respuesta olivarera a los planes de la Comisión Europea que, con su propuesta de asignar a España una producción de 625.000 toneladas de aceite deja al sector a las puertas de unas pérdidas de 145.000 millones de pesetas, ya que las ayudas disminuirían un 40%, según las organizaciones de productores.

Todo ello sin olvidar su incidencia en el medio ambiente o el empleo, donde las estimaciones apuntan a la pérdida de entre 12 y 20 millones de jornales. O la práctica desaparición de unas 700.000 hectáreas de bajo rendimiento, que se abandonarían, y una caída sin freno de los precios, al eliminar el sistema de intervención público, que dejaría a los agricultores sin garantía en sus rentas y provocaría la entrada de los especuladores en los mercados.

El presidente de la Junta apostó por que el Gobierno articule una minoría de bloqueo, porque un veto a los presupuestos de la UE lo considera una decisión "muy grave". "Este tema no sólo debe protagonizarlo la ministra [Loyola de Palacio], sino el presidente del Gobierno. Se tiene que implicar y ser valiente al hacerlo".

Los miembros de la Mesa del Aceite reclamaron la presencia del presidente del Gobierno, José María Aznar, en todas las negociaciones futuras. Los representantes de UPA y COAG, Fernando Moraleda y Miguel López, respectivamente, coincidieron en destacar el éxito de las movilizaciones y añadieron la petición de dimisión de la ministra De Palacio. Todos se olvidaron de Fischler y apuntaron con el dedo a Aznar para que afronte una negociación que impida la ruina del olivar español. Y ninguno descartó nuevas movilizaciones, como manifestarse en La Moncloa, si el Gobierno fracasa.

Cándido Méndez destacó el "éxito rotundo" de la huelga y el candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno, José Borrell, prometió su apoyo a las reivindicaciones de las organizaciones agrarias. Por contra, la alcaldesa de Sevilla, Soledad Becerril, afirmó que las movilizaciones fueron "un abuso del derecho de huelga".

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