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FERIA DE SAN ISIDRO

José Tomás afirma que «lo peor de la fiesta es tener que pagar por torear»

El tiunfador del año pasado torea hoy

Rapidez. Ésta es la cualidad que José Tomás, a falta de un ejemplo en el escalafón, comparte con los galgos. En el 96, su primer San Isidro, confirmó la alternativa (una oreja); en el 97, el segundo, triunfó (dos orejas), y en el tercero, ahora en curso, está anunciado tres tardes (cuatro con la ya celebrada en la miniferia -un trofeo más- ) . Con la perspectiva que da el estar en lo más alto, el diestro madrileño, de 22 años, se queda con una cosa: «Lo peor de este oficio es tener que pagar por torear». La frase la suelta uno que se tuvo que fajar de novillero en México para sortear las malas artes del ponedor.«Es difícil señalar a los responsables de que haya que pagar por jugarse la vida. Unos de ellos son los ayuntamientos. Las subvenciones son escasas y para cuadrar la caja se cobra a los novilleros», razona. El diestro no duda en señalar este asunto como «lo peor por encima de todo», incluidas las numerosas cogidas que ya está en grado de exhibir. «Es inmerecida la fama que se me ha colocado de fácil presa. Si uno repasa la historia de la fiesta se da cuenta de que infinidad de toreros tienen muchas más cicatrices que yo», declara. «En cualquier caso», continúa, «si te cogen es porque te arrimas».

LA CORRIDA DE HOY

Plaza de Las Ventas10ª corrida de abono Toros de Los Bayones, propiedad de Manuel Hernández, de las fincas Los Bayones, en Valencia de Alcántara (Cáceres), y El Vecino, en Calzada de Don Diego (Salamanca). Divisa azul, blanca y roja. Antigüedad, 30 de marzo de 1986. Matadores: Manuel Caballero, Rivera Ordóñez y José Tomás. A las siete de la tarde

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Corridas de desigual trapío

Llegar a figura

¿Cuando uno es figura se deja de arrimar? «Al contrario, entonces estás obligado a hacerlo más, para demostrar quién eres. De momento, no es mi caso. Me falta tiempo para llegar a figura», responde echando mano a un mecanizado alarde de modestia. «Figura o no, hay que salir a la plaza y enfrentarse a un toro. No hay más. El animal no hace distingos», zanja expeditivo.Pese a sus logros, el de Galapagar entró este año en la feria de Valencia gracias a la sustitución de Joselito, y la Maestranza ni la probó. «La empresa de Sevilla no demostró interés en mí. Así de sencillo. Si como triunfador de San Isidro estás como estás en Madrid, no son lógicas ciertas ofertas», reflexiona. «En cualquier caso», prosigue, «lo que cuenta es esto (en referencia a Las Ventas), y aquí sí que estoy».

José Tomás Román Martín presume de conocer a la afición madrileña. Él, que se forjó en la sierra madrileña (debutó como becerrista en Valdemorillo en el año 1991), tuvo de nuevo la osadía de cortar dos orejas en su debú en Madrid como novillero. «Si los toros embisten, todas las dificultades que puede poner el público pasan a segundo plano», dice.

Esta tarde le espera un encierro de Los Bayones: «La temporada pasada, en la corrida de la Prensa, fue uno de este hierro el que me atrapó. Me corresponde el desquite».

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