La OMS espera el apoyo del G-8 en su lucha contra la malaria

Los ocho países más industrializados del mundo, el llamado G-8, van a debatir este fin de semana en la cumbre Birmingham la propuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de combatir la malaria. La ministra de Sanidad del Reino Unido, Tessa Jowell, fue optimista en la Asamblea Mundial de este organismo internacional asegurando que espera el apoyo de los países más ricos. La iniciativa de la OMS no pretende atacar sólo la enfermedad directamente, sino también establecer un sistema básico de salud para combatirla.Gro Harlem Brundtland, la nueva directra de la OMS, dijo en el primer día de trabajo de la Asamblea Mundial el pasado lunes que la organización tendrá como prioridades la lucha contra el tabaquismo infantil, la malaria, el sida y la elaboración de un informe sobre las consecuencias de la clonación en la salud humana (véase EL PAÍS del martes).

Bruntland argumentó ayer que su empeño en pelear contra el paludismo o la malaria se basa en el hecho de que sea la principal enfermedad que azota a África y que su causa fundamental sea la pobreza. Dijo que cada día 3.000 niños mueren a causa de esta enfermedad, de un total de 500 millones de casos existentes entre infantes y adultos. Cada año se registran 50 millones de casos nuevos y no hay medios suficientes para combatirlos.

Para muchos países africanos, la malaria es un azote no sólo sanitario, sino que es un problema que está devastando gran parte del continente, ya que reduce la productividad y la inversión extranjera, pues muchos extranjeros prefieren evitar el riesgo.

La lucha contra el tabaquismo infantil, el gran estandarte de la nueva política de Brundtland, se desarrollará también principalmente en los países en desarrollo. La OMS presionará a los Gobiernos para que modifiquen sus leyes y elaboren normativas similares a las que ya existen en la cultura occidental. El cáncer de pulmón mató en 1997 a 1,1 millones de individuos, el 90% fumadores. El sida fue la causa de muerte de 2,3 millones de personas en ese mismo año; y la malaria, de 2,7 millones.