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Farnós no despeja las dudas sobre las fechas en que Sanidad conoció el brote de hepatitis C. El jefe de Anestesia de La Fe confirma que la dirección del hospital trató el tema en febrero

El consejero de Sanidad rehuyó ayer despejar las dudas acerca de las fechas en las que la Administración conoció la existencia del brote de hepatitis C en dos hospitales de Valencia. Joaquín Farnós evitó en todo momento entrar en debates "que no conducen a nada" y reiteró que la primera noticia se tuvo el 20 de marzo. "Quien diga lo contrario, miente", dijo, en referencia a los médicos que afirman haber informado del caso a principios de febrero. El consejero añadió que este verano se celebrará una reunión de expertos para tratar los riesgos de las personas adictas a las drogas.

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El titular de Sanidad no quiso hacer ningún comentario sobre la versión del director médico de la Casa de Salud, Miguel Herráiz, que asegura que a principios de febrero informó del brote de hepatitis C a sus superiores en La Fe. Concretamente, Herráiz sostiene que tanto Vicente Gil Suay, director gerente de La Fe, como Melchor Hoyos, director médico del hospital público, en el que Herráiz ocupa también la jefatura del servicio de Urgencias, sabían a principios de febrero lo que había ocurrido en la Casa de Salud. Herráiz, suspendido de empleo, asegura que llegó a sugerir a sus superiores cómo creía él que se había podido producir el contagio, y que Gil Suay "se lo tomó a broma". Farnós no entró en este debate ni hizo referencia alguna a Gil Suay, que el martes afirmó haber conocido el brote de hepatitis por la prensa. Tampoco quiso contestar cuando se le preguntó si no había modo alguno de conocer el modo de actuar del anestesista al que se acusa de haber incurrido en mala praxis médica y a quien la propia consejería atribuye contagios de 1995. "La primera noticia la tuvo la consejería el 20 de marzo y cualquiera que diga lo contrario miente", sentenció. Farnós desvió la atención hacia la conferencia de expertos que afirma que tendrá lugar en Valencia en torno al próximo verano, con el fin de tratar los riesgos que pueden tener las personas con alguna adicción a las drogas "y que podrían perjudicar a terceras personas", dijo, "como es el caso de los médicos o de los pilotos". El consejero de Sanidad añadió que, con respecto a este tema "existe una laguna en la legislación" y señaló que "se puede aprovechar esta triste experiencia para que no vuelva a ocurrir [en referencia al contagio masivo de hepatitis C] ni en la Comunidad Valenciana ni en ningún otro sitio del mundo".El jefe del departamento de Anestesia y Reanimación de La Fe, Rafael Montero, aseguró ayer que ante los rumores y la prohibición de acceso al doctor Juan Maeso en la Casa de Salud, solicitó a principios de febrero instrucciones del director gerente de La Fe, Vicente Gil Suay, y "dado su silencio", él mismo provocó una reunión en la que también estuvieron presentes el subdirector médico del pabellón Maternal, Mario Gresa, y el propio Maeso. Dicha reunión se produjo, según reconoció el propio director gerente de La Fe, el 20 de febrero pasado y ese mismo día Gil Suay accedió a la solicitud de Maeso de tomarse vacaciones. Rafael Montero afirma: "Es absolutamente incierto que las autoridades sanitarias se enteraran de la actitud de la Casa de Salud y de las sospechas de que el doctor Maeso era portador de la hepatitis C por la prensa más de un mes después de la reunión a la que he hecho referencia". Por otra parte, Montero señala que Farnós no ha incluido en sus manifestaciones la aclaración de que sólo los médicos que diagnostican una enfermedad de declaración obligatoria deben comunicarlo, y aclara en este sentido que los anestesistas intervienen en las operaciones pero no diagnostican. El jefe de Anestesia de La Fe confirma también la llamada al director general de Salud Pública, Francisco Bueno, efectuada el día 3 de febrero desde la Casa de Salud. La Consejería de Sanidad negó inicialmente que se produjera la llamada, para después admitir su existencia, pero matizando que no se le comunicó el caso. Según el anestesista,hay cinco testigos de que en esa comunicación telefónica Bueno fue informado de los pormenores del asunto: los doctores Alfredo Montoro, Miguel Herráiz y Vicente Costa, la gerente de la Casa de Salud, la hermana Lucía Ibáñez, y Manuel Ros, administrativo del hospital privado.

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