El fiscal frena el crecimiento de Rivas sobre el suelo más envenenado de Madrid
La Fiscalía de Medio Ambiente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha dado instrucciones al Ayuntamiento de Rivas para que paralice los proyectos urbanísticos que su plan general prevé en las 125 hectáreas que entre 1967 y 1978 ocupó el vertedero de residuos de Madrid. Estos terrenos fueron catalogados en 1995 como los más contaminados de la región por el antiguo Ministerio de Obras Públicas. Rivas ha aprobado para dicha zona la construcción de 444 viviendas unifamiliares con sus correspondientes zonas verdes y de ocio, además de otros equipamientos, según el alcalde de la localidad, Fausto Fernández (IU).El paraje en cuestión, cuya superficie supera en siete hectáreas las extensión total del parque del Retiro, se conoce como Autocampo. En él fueron vertidas durante 11 años todas las basuras de la capital, sin que dispusiera de impermeabilización alguna ni control y recogida de lixiviados (sustancia tóxica que produce la putrefacción de los residuos) ni de biogás (el gas que produce la fermentación de la basura). La fiscalía considera que, dado que los terrenos no han sido descontaminados, construir en ellos supone un riesgo para la salud de los futuros moradores de la zona.
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Arsénico y mercurio
Medio Ambiente dice que hay riesgo para la salud si se edifica sobre la zona contaminada
La historia de este antiguo vertedero de Madrid tiene dos fases, según un informe de Medio Ambiente remitido a la fiscalía: la comprendida entre 1967 y 1971, cuando la basura se vertió sobre 19 hectáreas de esta finca, cercanas a la N-III (carretera de Valencia), y la que va de 1972 a 1978. En este periodo "se vertió basura en dos de las vaguadas o barrancos que surcan el páramo, sobre una superficie de 90 hectáreas", se explica en el informe."La explotación se realizó sin ningún tipo de acondicionamiento previo (impermeabilización) del sustrato, ni tampoco se tomaron medidas para la recogida y control de lixiviados ni para la evacuación de biogás. Concluida la explotación", afirma Medio Ambiente en su informe, "ésta se cubrió y se dedicó al cultivo de cereales; la segunda zona [la de las 90 hectáreas] fue cubierta con tierra".
La Consejería de Medio Ambiente asegura que los terrenos de la finca, propiedad de la sociedad Autocampo, SA, carecen de suficiente solidez, lo que dificultaría su urbanización con viviendas. El informe de Medio Ambiente enviado al fiscal concluye que las actuales condiciones del vertedero pueden generar "la contaminación de las aguas subterráneas de la zona", y subraya que el peligro crecería si se materializan, "sin corrección, los planes urbanísticos previstos en la zona".
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