Anguita ofrece al PSOE un pacto de 11 puntos contra el Gobierno del PP

Julio Anguita, coordinador general de IU, ofreció ayer a "José Borrell y Joaquín Almunia" un pacto de oposición -sin imposiciones- frente al Gobierno del PP. Un pacto de 11 puntos y una advertencia: el crecimiento de IU y del PSOE no puede hacerse sobre las ruinas del otro. A José María Aznar le dedicó un amargo y largo memorial de agravios y decepciones. Al contrario que Borrell, Anguita fue escuchado en un silencio casi absoluto y en ningún momento fue interrumpido en su prolijo discurso por las bancadas populares.

Julio Anguita estuvo amargo y decepcionado con José María Aznar. Le recordó todas y cada una de sus promesas. Habló de "desaliento y falta de confianza", le refrescó cada una de sus palabras en el debate de investidura para concluir que no había cumplido nada de lo dicho. Aznar le contestó. Pero en un tono tan de delicadeza suma, tan de exquisita educación, que consiguió mellar el filo de un debate que, desde luego, no llegó a producirse. Hasta Anguita tuvo que agradecer, irónico, el trato que en la réplica le dio el presidente de Gobierno. Pero él tampoco fue más allá. Sus palabras sonaban demasiado a la amargura del despecho y el desengaño.Anguita -es verdad- bajó el debate a la calle. Y, frente a las grandes cifras fiscales, de recaudación o de déficit, o las grandes parrafadas políticas, prefirió hablar del aceite, del paro, de la Seguridad Social, de la precariedad, de las pensiones o de la venta de empresas públicas. Dejó al cielo protector el único amparo de los trabajadores con el Gobierno de Aznar y, cuando hubo puntualizado que al PP ni agua -incluso pidió las destituciones de los ministros de Defensa, Eduardo Serra, y Medio Ambiente, Isabel Tocino-, se dirigió a "los señores Almunia y Borrell" -por ese orden- para ofrecerles la "unidad de la izquierda", que, advirtió, no son "juegos florales", ni se limita al PSOE ni a IU. Claro que también admitió: "Si nosotros no lo hacemos, nadie lo hará".

El líder de IU cree que ha llegado el momento de "construir una nueva situación desde la izquierda". "Llegó el momento", dijo, "de poner en marcha dos procesos: frenar a la derecha y construir la alternativa, que no la alternancia", advirtió. Así que pidió unidad a los socialistas y ofreció 11 puntos lo suficientemente amplios como para que sirvan para el roto del PSOE o el descosido de IU. Y dijo más y lo dijo dos veces, ya con el tiempo pisándole los talones: "No queremos imponer nuestras propuestas".

Pidió diálogo al PSOE. Y de tal forma que ahora los socialistas tendrán dificultades para negarse a abrir conversaciones. Pocas condiciones puso Anguita. Casi ninguna. Porque, además, les avanzó que, "si las divergencias fueran mayores que las coincidencias", eso tampoco sería óbice. "Evaluaremos en IU si ésas [las coincidencias] son suficientes" para alcanzar la unidad.

A Anguita le hizo un flaco favor Aznar. Tan bien le trató, con tanto mimo replicó y duplicó a sus intervenciones que el líder de IU tuvo que decirle que ve muy difícil que lleguen a compartir algo. Aznar le había lanzado antes el guiño de que tuviera la seguridad de que sus reflexiones "siempre serían bien aceptadas". A Anguita eso no le gustó nada.