La Generalitat retira ayudas a las ONG para servicios de atención social primaria

Las ONG que ofrecen servicios de atención social primaria a colectivos sometidos a situaciones de extrema pobreza y marginación aseguran que van a tener dificultades para seguir adelante y algunas de ellas incluso temen verse obligadas a abandonar programas que tienen en marcha. El motivo del inquietante panorama que afrontan estas entidades es el drástico recorte de ayudas institucionales que han sufrido este año. La Generalitat les ha cerrado el grifo de las subvenciones argumentando que la atención social primaria compete ahora a los ayuntamientos.

Los 150 millones de pesetas que el Institut Català d"Assistència i Serveis Socials de la Generalitat (ICASS) -organismo que depende del departamento de Bienestar Social- repartió en 1997 a las ONG para programas de atención social se han reducido este año a 80 millones. El objetivo del Gobierno catalán es eliminar a corto plazo este tipo de ayudas porque "las competencias sobre atención social primaria han sido traspasadas y ahora están a manos de los ayuntamientos", según declaró ayer el director general del ICASS, Víctor Bayarri. Las ONG y entidades cívicas que trabajan en favor de los marginados reconocen que la Generalitat lleva años advirtiendo que dejará de ayudarlas económicamente. Sin embargo, se quejan de que el traspaso de competencias a los municipios no lo haya acompañado la Generalitat del traspaso de recursos económicos. "El dinero que recibíamos hasta ahora de la Generalitat no lo recibimos ahora del ayuntamiento, sino que hemos dejado de percibirlo", lamentaron ayer representantes de varias entidades, la mayoría de las cuales nutren su reducido presupuesto principalmente de subvenciones institucionales. Bayarri indicó ayer que entiende la inquietud de las ONG, pero añadió que los ayuntamientos "deben saber valorar la importante tarea social que ejercen estas entidades". Entre las ONG y organizaciones cívicas, especialmente las más pequeñas, el malestar es tal que ya han empezado a trabajar en la creación de una plataforma que las agrupe para "poder presionar con más fuerza" a la hora de defender sus intereses. El recorte de ayudas, aseguran los representantes de estas entidades, " ha sido la gota que ha colmado el vaso", puesto que su descontento viene de lejos. A través de la futura plataforma, piensan denunciar la "falta de políticas serias contra la exclusión social y el intento, por parte de la administración, de ocultar las situaciones de extrema pobreza". Casc Antic de Barcelona La idea de crear la plataforma ha surgido en el Casc Antic de Barcelona, una de las zonas que alberga las más extensas bolsas de pobreza y marginación de la ciudad. Más de 25 entidades, aglutinadas en el Pla Integral pel Casc Antic, trabajan directamente en programas de atención social primaria. Una de ellas, la Fundació Casc Antic, ha visto reducida este año a 4 millones de pesetas la subvención de 15 millones que recibía anualmente de la Generalitat. "El año próximo, no podremos contar ni con estos 4 millones", lamenta Josep Miró, responsable de la entidad, que entre otros servicios, ofrece alimentos a una cincuentena de familias que se hallan en situacíón de extrema pobreza. Miró sospecha que el ayuntamiento no va a aumentar su aportación, de 10 millones de pesetas, por lo que la entidad, "y en definitiva los beneficiarios", van a resentirse de la reducción del presupuesto. Jordi Romero, coordinador de la Associació de Veïns del Casc Antic y uno de los promotores de la nueva plataforma, advierte que la retirada de subvenciones no va a afectar tanto a las organizaciones que tienen capacidad de generar recursos propios. Sin embargo, el recorte no les pasará inadvertido, como le ocurre a la fundación Prisba, que gestiona un centro de día de ancianos en Barcelona. La Generalitat sólo les subevenciona este año "las plazas de los ancianos de salud más precaria, si tener en cuenta las situaciones de soledad o de depresión anímica", lamenta Pilar Mercader, responsable de la entidad. El director general del ICASS dijo ayer que en la reducción de las subvenciones "se ha estudiado caso por caso" y añadió que "no se ha retirado ninguna ayuda si ello suponía la desaparición de la entidad".