Ramírez: «Toda la corrida ha estado presidida por un peligro sordo»
«Los novillos eran mucho más peligrosos de lo que parecían. Han empezado muy bien en el caballo, pero luego en la muleta han desarrollado mucho sentido». Alberto Ramírez resume de esta guisa el comportamiento de sus dos novillos. «En un principio, apuntaban mucho, pero apenas soportaban unos pocos pases. Enseguida buscaban el cuerpo», insiste. Según el novillero de Castellón, la corrida entera estuvo presidida por un «peligro sordo que quizá no se ha apreciado desde el tendido».De forma improvisada, el diestro, que repetía tras su participación en la miniferia , se erige en portavoz del resto de sus compañeros. López Chaves, que sufrió en sus carnes los riesgos del encierro con una voltereta, vuelve al mismo punto y apunta una de las posibles causas: «El viento apenas dejaba centrarse. En el primero he tenido un inicio que creo interesante. Poco después las rafagas de aire impedían serenar la muleta delante del toro. La gente se ha impacientado y, al final, nada».
Con su segundo, el último de los novilleros que abrió la puerta grande el 15 de marzo se detiene en la minuciosa explicación de un panorama ciertamente desolador: «Apenas le he puesto la muleta delante ha empezado a tirar gañafones. Sólo al final, cuando casi todo estaba perdido, parece que he podido cogerle el tranco». El de Salamanca, que recibió a sus dos brutos a porta gayola , se muestra convencido de que su tercer día del ciclo ferial será distinto: «Por lo menos me he esforzado en estar muy en novillero».
El viento
Gómez Escorial, por su parte, repite el guión de Chaves: por un lado, la falta de fuerza, por otro, el viento. «Mi primero, por lo menos, se movía. Se ha dejado algo. Eso sí, rápidamente ha comenzado a dar cabezazos. Si llega a repetir un poco más y sin el molestísimo aire, seguro que sale una faena más compacta», dice. Otra de sus quejas va dirigida contra la decisión de devolver su segundo: «A veces hay que dar una oportunidad al toro. Apuntaba cosas de salida y ha repetido con codicia. Luego, el sobrero, la verdad, ha cambiado mis planes. Ha manseado desde el principio y lo ha puesto complicadísismo hasta para picarle». «Desde luego», continúa irónico, «ni uno solo de los novillos era para un triunfo de los sonados».Ramírez, por último, se queda con los derechazos de entrada que ha hilvanado a su primero. «Se han aplaudido y creía que iba por el buen camino. Todo mentira, el sentido que ha desarrollado ese animal no permitía ni acercarse». En lo referente al último de la tarde, el de Castellón no salva nada: «Era de una falta de raza tremenda». Al final, desencanto general y con la única nota optimista completamente fuera de lo que pasó en la tarde. Chaves, con la mente puesta en su siguiente cita madrileña; Ramírez, en Sevilla, donde está anunciado para el jueves, y Gómez Escorial, a modo de resumen, en el futuro. Así, a secas.
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