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FERIA DE SAN ISIDRO

Esplá: «Es frustrante ver que el azar es lo único que cuenta»

, El viento, las decisiones del presidente, el público, los toros... finalmente, todo. «Cada vez estoy más convencido de que en Madrid, todo está en manos del azar». La frase corresponde a Luis Francisco Esplá y la retahíla de más arriba al parte de quejas esgrimidas por los tres toreros de la terna que se mostraron al unísono «profundamente decepcionados».

«Lo peor es que ves que en corridas como la de esta tarde uno no tiene posibilidades de hacer nada. El torero no tiene opción», continuó el de Alicante. «Por un lado, para mí es frustrante contemplar que por las características del ganado tienes que torear en los medios y no puedes. El viento lo impide. La primera regla sobre los terrenos se va al traste», comentó Esplá. «Por otro lado, la actitud de determinado público. Querían banderillas y las puse. ¿Acaso pretendían que las pusiera en corto? Con ganado así, tal y como lo hice se le da todas las facilidades al toro, exponiendo mucho de mí parte... Ni por esas, venían hostiles y no había manera. Bajo esas presiones es de todo punto imposible dar un sólo pase. Menos todavía, con un encierro que lo único que hacía era defenderse. Para colmo, lo tenías que manejar pegado a las tablas», comentó Esplá.

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Luguillano se expresó en el mismo sentido que el director de la lidia: «Al primer toro, le dejé crudo, sin picar, para ver si conservaba un poco de recorrido. Quería demostrar que venía con ganas. Tras doblarlo por bajo, el toro enseguida ha empezado a galomochear, a plantar cara y se ha venido al suelo. Si lo pico, hay todavía menos toro del que se ha visto. No sé si eso se ha apreciado en el tendido». Sobre su segundo, el vallisoletano fue explícito: «Lo menos que puedes pedir a un toro es que se mueva».Por su parte, Pedrito de Portugal, se detuvo en lo que a su jucio fue la tónica de todo el encierro: «No humillaban, iban con la arriba y, para colmo, no se movían. En el primero, lo he intentado. Parecía que iba a tener un poco de recorrido, pero ha sido imposible... A poco ha estado de cogerme. Menos mal, eso sí, que lo he matado a la primera. Si no, ya tengo en algo que entrenerme durante horas: el toro llevaba la cara en cielo». Su enfado, sin embargo, va dirigido a la decisión de mandar al segundo de su lote a chiqueros. «Parecía que iba a servir, tenía calidad. Todavía me pregunto por qué lo han cambiado si no se ha caído. Si no se le ha podido picar una segunda vez, lo lógico es intentarlo de nuevo. Desde luego, la solución no es devolverlo porque la gente esté enfadada. Del sobrero, para qué hablar. Por hechuras, a simple vista y sin acercarse, se veía claramente que no servía», concluyó el portugués a la vez que hacía votos para el futuro: «He demostrado que venía con ganas y me he expuesto».

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