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El robo se perfila como principal móvil del crimen de la mujer descuartizada en Vitoria. Los autores del asesinato usaron las tarjetas de la mujer descuartizada

Los empleados municipales que se encargan de la limpieza de Vitoria hallaron a las seis de la madrugada de ayer el cuerpo descuartizado de Esther Areitio, de 54 años, y perteneciente a una conocida familia de la ciudad, repartido en varias bolsas de basura. Otros restos del cadáver fueron encontrados en una maleta negra, que chorreaba sangre. Al parecer, también se halló en las bolsas un abrigo de color oscuro, toallas y un cuchillo, así como el carné de identidad de la víctima. El asesinato ha conmocionado a la ciudad por su extremada crueldad. La titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Vitoria, Dolores Baeza, que se encarga del caso, decretó de inmediato el secreto de sumario. El robo se perfila como posible móvil del crimen, ya que el autor o los autores del asesinato emplearon varias tarjetas de crédito de la víctima para sustraer dinero de sus cuentas corrientes. Sin embargo, la ferocidad del caso ha sembrado el desconcierto entre los propios investigadores, que no descartan ninguna hipótesis. Anoche, la Ertzaintza no había practicado ningún arresto.El hallazgo de los restos humanos de Esther Areitio se produjo a las seis de la madrugada, cuando los empleados de Cespa (concesionaria de la limpieza urbana en la capital alavesa) recogían la basura de la calle Burgos, en el barrio de Aranbizkarra, muy cerca de donde vivía la difunta. Al acercarse a los portales 8 y 10 se percataron de que en algunas bolsas había restos humanos, por lo que avisaron de inmediato a la Ertzaintza. La policía vasca se cercioró de que se trataba de miembros humanos y se desplazó hasta el vertedero de Gardelegui, donde halló otras bolsas, que habían sido trasladadas con anterioridad por el camión de la basura, sin que los operarios de limpieza se dieran cuenta de lo que había en ellas. En una de estas bolsas recuperadas en el vertedero se hallaba una parte del tronco y en ella se encontró también el carné de identidad de la víctima, lo que facilitó su rápida identificación. Esther Areitio fue vista con vida por última vez cuando se despidió de sus amigas íntimas, y a la vez compañeras de trabajo, en la Escuela Oficial de Idiomas de Vitoria, el pasado jueves a las 19.30. Había dejado trabajo acumulado, pero como el viernes era su día de libranza, no tenía pensado terminarlo hasta el próximo lunes, según confirmaron amigos de la familia. Conocida familia Esther Areitio pertenecía a una familias muy conocida de Vitoria, propietaria de la empresa Areitio, dedicada a la fabricación de cremalleras hasta que cerró hace unos años. Vivía sola, con la única compañía de un gato. Había enviudado hace cinco años y no tenía hijos. Era la tercera de siete hermanos, aunque sólo los dos varones residen en Vitoria. Su madre se encuentra internada en una residencia para la tercera edad en Valladolid. Esther Areitio había sido profesora de inglés en el Instituto de Idiomas de Vitoria hasta que hace unos años se convirtió en Escuela Oficial de Idiomas, dependiente del Gobierno vasco, y pasó a responsabilizarse de la sala multiusos, donde los estudiantes visionan vídeos, escuchan cintas o leen libros. Durante unos años estuvo bajo tratamiento psiquiátrico, pero en los últimos tan sólo acudía al psiquiatra de manera muy puntual, según corroboraron fuentes cercanas a la familia. "La familia está consternada, nadie se explica lo que ha podido ocurrir", indicaron las mismas fuentes. En el barrio se le tenía por una señora discreta y muy educada, que siempre había pasado desapercibida. Fuentes cercanas a la familia aseguraron que el autor o los autores del macabro asesinato utilizaron las tarjetas de crédito de Esther Areitio para sustraer una "importante cantidad de dinero". Así, el robo se dibuja como uno de los posibles móviles del crimen, uno de los más truculentos que se recuerdan en la capital alavesa.

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