Milosevic rechaza la misión de González

El presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, volvió ayer a rechazar la implicación de la comunidad internacional en lo que considera asuntos internos. Milosevic ha hecho saber su posición a través de cartas enviadas por el ministro yugoslavo de Exteriores a la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), a la Unión Europea y al propio Felipe González. Éste había insinuado la víspera que la respuesta de Milosevic estaba al caer, aunque ayer se declaraba más pesimista y llegó a hablar de «misión imposible».

La respuesta ha sido negativa. Tras entrevistarse con el presidente de la Comisión Europea, Jacques Santer, González confirmó ayer que «una carta del Gobierno de Belgrado» expresaba de nuevo «una respuesta negativa». Medios diplomáticos añadieron que las cartas de Belgrado a la OSCE y a la UE no cuestionaban a la persona de González, ni la misión internacional, pero sí su intromisión en «asuntos internos» yugoslavos, lo que, en opinión de estos medios, podría llegar a incluir no sólo Kosovo, sino también el proceso de democratización y los derechos de las minorías en Yugoslavia. A través de esas cartas, Milosevic parece así pedir que se reformule la misión de González.Sin embargo, para éste «el mandato es importante y debe mantenerse; más importante que quién se encarga del mandato», según señaló, dejando las puertas abiertas a su renuncia a la misión si Belgrado aceptara a otro representante de la comunidad internacional.

González pareció invitar al Grupo de Contacto (que vigila la paz en la antigua Yugoslavia) a decidir nuevas acciones de presión contra Milosevic al recordar que hoy «se desencadena el mecanismo automático de sanciones acordado en Roma», aunque de inmediato aclaró que «es la comunidad internacional quien debe tomar las decisiones». «Yo tengo mi propia opinión sobre las cosas y ya la he expresado, aunque no la voy a decir en público», concluyó.

El Grupo de Contacto, formado por Estados Unidos, Reino Unido, Italia, Francia, Alemania y Rusia, se reúne hoy nuevamente en en la capital británica. Los ministros de Exteriores están allí para preparar la cumbre del G-7 y el G-8 la semana próxima en Birmingham. Fuentes diplomáticas aventuraban ayer la posibilidad de que los ministros dieran luz verde a la prohibición total de las inversiones extranjeras en Serbia, dejando al margen de este castigo a la república de Montenegro, integrada en la federación yugoslava. Esta medida ya había sido barajada en la reunión del pasado 29 de abril en Roma, pero finalmente fue descartada ante las reticencias planteadas entonces por Italia y Rusia. Sin embargo, los integrantes del Grupo de Contacto, salvo Rusia, podrían hoy hacerlas efectiva de forma unilateral.

Fuentes diplomáticas occidentales estiman que el presidente Milosevic está practicando la estrategia de la tensión no sólo en Kosovo, sino incluso en Montenegro y en Bosnia-Herzegovina, y que no hay que seguirle en este juego. Está previsto que hoy acudan a Belgrado el enviado especial de Estados Unidos para la zona, Robert Gelbard, y el antiguo mediador en Bosnia-Herezegovina, Richard Holbrooke.