El toro de lidia tocó fondo en Sevilla

El llamado toro bravo ha tocado fondo durante la pasada Feria de Abril de Sevilla. Las ganaderías anunciadas han cosechado un rotundo fracaso; tarde tras tarde han saltado al ruedo reses sin trapío, inválidas y descastadas, que han ofrecido un espectáculo impropio de la categoría de la plaza y del respeto debido a los espectadores. En consecuencia, las llamadas figuras del escalafón, que imponen la crianza de este tipo de toro, degenerado y decadente, han pasado de puntillas por la feria, ridiculizadas por sus propias exigencias.

Y, como en toda regla, ha habido excepciones: varias y muy brillantes, entre los toreros; y algunas menos, y más apagadas, entre los toros. Se han cortado ocho orejas: cuatro, Morante de la Puebla; dos, Ortega Cano, y una cada uno, Pepín Liria y Francisco Rivera Ordóñez; y han dado la vuelta al ruedo Finito de Córdoba, El Tato, Liria, Domingo Valderrama, Vicente Bejarano y... Curro Romero, que resucitó en su última tarde . Unos días antes se habían producido los dos momentos más emotivos de la feria, protagonizados por un chaval que empieza, Morante de la Puebla -quien fue elegido triunfador de la Feria por la Real Maestranza de Caballería y por el jurado de los Premios Puerta del Príncipe-, y un maestro en retirada, Ortega Cano.Dos toros de Guardiola y Miura -lidiados por Bejarano y Valderrama- destacaron por su encastada nobleza, los victorinos lucieron una preciosa lámina y emocionó el recorrido largo y noble del toro cuarto de Jandilla con el que triunfó Ortega Cano .

Éstas fueron las más relevantes excepciones en una feria dominada por toros anovillados, inválidos, sosos y descastados. De todo ello fueron una buena prueba las corridas de Torrealta, Sánchez Ibargüen, Antonio Gavira, José Luis Pereda, Núñez del Cuvillo -dos tardes-, Torrestrella, Manuel González, María del Carmen Camacho, Jandilla, Juan Pedro Domecq, El Torero, Miura y Guardiola; las de Gabriel Rojas y Guadalest no pasaron siquiera el reconocimiento previo .

Antes del comienzo de la última corrida, la Unión Taurina de Sevilla repartió un comunicado en las puertas de la plaza en el que califica de «deleznable e indigno» el espectáculo de los toros, exigen a la empresa encastes distintos a Domecq y Núñez y piden a la autoridad que ejerza la potestad que el reglamento le atribuye.