Un experimento hecho en Teruel logra gasificar carbón en una capa profunda
En el subsuelo, a centenares de metros bajo la superficie, hay abundantes reservas de carbón sin explotar debido a la carencia de tecnologías adecuadas. Ahora, un consorcio europeo ha desarrollado y ensayado con éxito en Alcorisa (Teruel), a 600 metros de profundidad, una técnica de gasificación de capas profundas de carbón que no pueden ser explotadas mediante minería convencional.Para el desarrollo de la tecnología de gasificación subterránea de carbón (GSC) se creó la empresa Underground Gasification Europe AEIE (UGE) en la que participan organizaciones de España, Bélgica y Reino Unido más la Comisión Europea. El coste del proyecto es de 2.900 millones de pesetas. «En Europa hay carbón susceptible de gasificación subterránea sobre todo en Alemania, en Bélgica, en Holanda, en Francia, en España, en Inglaterra, incluso bajo el suelo marino«, explica Federico Adrián, ingeniero del proyecto.
El concepto de la GSC es simple: se trata de perforar unos pozos -que alcancen y recorran la capa de carbón a explotar- por los que se inyectan a presión oxígeno y agua que, al reaccionar con el carbón, producen un gas energético. Los pozos de inyección intersectan con otro por el que sube el gas a la superficie, donde sirve como combustible, como materia prima en la industria o para generar electricidad.
En Alcorisa se ha construido una planta piloto para GSC; una docena de ingenieros del consorcio UGE se ha encargado del diseño, los sondeos previos y la ejecución del ensayo, que ha exigido seis años de preparación.
La idea de la gasificación subterránea fue propuesta hace ya un siglo, pero no se había logrado hasta ahora demostrar su viabilidad a gran profundidad, dado que unos ensayos satisfactorios realizados en EE UU hace diez años llegaban sólo a capas situadas a entre 100 y 250 metros de la superficie.
«En Europa se intentó hace unos años, en Francia y en Bélgica, con resultados desiguales», comenta Adrián. Una de las claves del éxito de ahora está, según explica este ingeniero, «en los avances que se han hecho en la tecnología de perforación, que permiten ahora trazar una trayectoria del pozo de gran precisión, seguirla para que llegue justo a la capa de carbón y luego darle una curvatura para que se mantenga dentro de la misma».
En Alcorisa el carbón sub-bituminoso es apropiado para el experimento y la capa está a 600 metros de profundidad, con inclinación de 30 grados. Los resultados preliminares indican que se produjo gas con un alto contenido en metano, hidrógeno y monóxido de carbono, con un poder calorífico medio de 10,1 Megajulios/kg. El ritmo de producción fue de 2,5 megavatios, con máximos de 7,5 megavatios.
Desde el punto de vista medioambiental, la GSC tiene muchas ventajas, afirman los ingenieros: las cenizas del carbón y las escorias quedan depositadas a gran profundidad y no hay vertidos de residuos sólidos en la superficie; algunos compuestos que no son retenidos en las cenizas bajo tierra pueden ser utilizados en la industria química.
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