La pintura barroca de Villalpando presenta «la otra cara de España»
«La exposición quiere mostrar la otra cara de España». Juana Gutiérrez, del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, presentó ayer la obra del pintor barroco novohispano Cristóbal de Villalpando (ca. 1649-1714) en las salas de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, de Madrid (Alcalá, 13), donde permanecerá hasta el 28 de junio. La muestra fue inaugurada por la reina Sofía, junto con la ministra de Educación y Cultura, Esperanza Aguirre.El montaje de 37 pinturas religiosas de Villalpando -en México se expusieron 80- forma parte de un proyecto que en los últimos tres años ha realizado una investigación sobre el pintor virreinal hasta conseguir desde el centenar de obras conocido un catálogo razonado de 300, la mayoría de ellas religiosas, pintadas en catedrales e iglesias de México y Guatemala. En España hay dos obras del pintor barroco en la catedral de Jaén, y la comisaria, Juana Gutiérrez, aseguró que aparecerán más, ya que era frecuente el comercio de obras entre España y Nueva España.
La producción de Villalpando se ha dividido en cuatro etapas que suplen los escasos documentos de su biografía. Hasta su primera obra firmada, en 1675, se incluyen los años de formación, hasta consolidar su propio estilo en los encargos más representativos de su última etapa. Juana Gutiérrez señala los modelos del mundo pictórico hispano, como Rubens, Rizi y Carreño de Miranda, conocidos a través de estampas, pero destaca las características de una pintura novohispana con rasgos de identidad como la elegancia, la cortesía y el sentimiento. «No es una pintura de la periferia sino con rasgos propios, con un regreso al manierismo y un sentido distinto de lo trágico. Es una iconografía de origen español pero con muchas innovaciones propias».
