Unas 2.000 personas despiden en Marbella al periodista Antonio Herrero

El obispo de Málaga, Antonio Dorado Soto, ofició ayer, en representación del presidente de la Conferencia Episcopal, Elías Yanes, el funeral por el periodista de la Cope Antonio Herrero, al que asistieron unas 2.000 personas, entre ellas tres ministros. El locutor murió el sábado en Marbella, cuando un corte de digestión le provocó un vómito que le ahogó mientras practicaba submarinismo con una botella de oxígeno, según se determinó en la autopsia realizada ayer.

Dorado Soto destacó a Herrero, director del programa La mañana, como un «gran profesional, una voz libre e independiente que hizo un gran servicio a la Iglesia y a la comunidad». El obispo enfatizó que el locutor no era la voz de la Iglesia, pero sí respetuoso con ella, para defender la libertad de expresión.Unas 2.000 personas siguieron la misa, que se ofició en la iglesia de la Encarnación de la localidad malagueña de Marbella. Entre los asistentes se encontraban los ministros del Interior, Jaime Mayor Oreja; de Trabajo, Javier Arenas, y de Medio Ambiente, Isabel Tocino.

Arenas señaló que sintió «un auténtico mazazo» con la noticia de la muerte de Herrero. Por su parte, Mayor Oreja dijo que la desaparición del periodista supone una «pérdida irreparable para la sociedad española». La ministra de Medio Ambiente afirmó que había ido a Marbella a despedir a «un amigo que amaba la vida y su trabajo con pasión». El consejero delegado de la Conferencia Episcopal en la Cope, Bernardo Herráez Rubio, definió al fallecido como «la columna vertebral de la Cope» y alguien con quien le unía una íntima relación de amistad. También el alcalde de Marbella, Jesús Gil, resaltó su amistad con el locutor, al que destacó como «un marbellí de pro, que defendía la localidad a ultranza».

El periodista deportivo José María García afirmó que, con la muerte de Herrero, «se ha ido un amigo», mientras que Luis Herrero señalaba: «Me ha dejado más solo que la una». García y Luis Herrero leyeron durante la misa un pasaje del Apocalipsis en recuerdo de su compañero. Dorado Soto precisó que también oficiaba la ceremonia religiosa en su condición de obispo de Marbella, al dirigir palabras de aliento a la madre, la esposa e hijos del locutor.

También asistieron al funeral el presidente de Telefónica, Juan Villalonga; el alcalde de Granada, Gabriel Díez Berbel; José Luis Pécker, suegro del fallecido; Federico Jiménez Losantos, y el equipo del programa que Herrero dirigía en la Cope, entre otros.

La familia real envió telegramas de condolencia a la esposa y a la madre del locutor, en el que expresaban su pesar por la muerte de Herrero. Don Juan Carlos y doña Sofía expresaron a la viuda de Herrero, Cristina Pécker, y a sus hijos, su «dolor y pesar» por la muerte del periodista y le enviaron su «saludo más afectuoso en estos difíciles y dolorosos momentos».

El presidente de la Asociación de la Radio Española, Augusto Delkáder, que se encontraba en Costa Rica en la asamblea anual de la Asociación Internacional de Radio, envió un mensaje de pésame a la familia y a la dirección de la cadena Cope. Después de la misa, los restos del periodista fueron incinerados para reposar en el panteón familiar que la familia posee en el cementerio marbellí de San Bernabé. Antonio Herrero, de 43 años casado y padre de cinco hijos, murió en la tarde del sábado en Marbella cuando salió a navegar en su barco Felicitas , para practicar submarinismo en las inmediaciones del puerto deportivo Cabopino, en compañía de varios amigos y de su esposa.

La autopsia, que fue realizada en la mañana de ayer por dos forenses, reveló que la muerte se produjo por un corte de digestión y que podría tener relación con una antigua úlcera de estómago que padecía el periodista y que se había agravado en los últimos meses. Según los forenses, el corte de digestión propició que Herrero se ahogara en su propio vómito. El informe forense fue entregado a la familia, que, a su vez, lo remitirá al juez, según la agencia Efe.