La temporada "castellera" pretende mantener el nivel de los últimos tres años

La temporada castellera ha comenzado estos días bajo la incógnita de si se mantendrá el auge de los tres últimos años, que ha revolucionado los registros, el número de colles y la extensión del fenómeno casteller por toda Cataluña y las zonas de habla catalana. El principal reto que planea sobre las colles que encabezan el món casteller es si será posible dar el salto a los castells de nou sense folre, la máxima meta conseguida en el siglo pasado y que, hasta el momento, no ha podido ser superada. De momento, los primeros resultados realizados por las principales colles son de gran nivel. Este fin de semana, las dos agrupaciones de Valls -que tradicionalmente no aprietan el acelerado hasta finales de junio- han vuelto a demostrar, como ya realizaron la semana pasada, su enorme capacidad potencial. Ayer en Figueres, la Joves descargó con autoridad el tres de vuit, el quatre de vuit y el cinc de set, mientras que la Vella realizó el viernes en Mataró el tres de vuit, el quatre de vuit y el dos de set, y el sábado en Torreciudad el quatre de vuit y construcciones de set. En la actuación de Figueres, los Minyons de Terrassa completaron el quatre de vuit, el tres de vuit y la torre de set, y la colla local descargó el quatre de set y el cinc de sis y desmontó en dos ocasiones el tres de set. Desde que en 1995 se produjo un espectacular incremento del número de colles y de logros de nuevas construcciones, el món casteller ha experimentado un crecimiento continuo. La temporada de 1998 empieza con 57 agrupaciones inscritas en la coordinadora de Colles Castelleres. Hace tres años esta cifra era de 38 grupos. Entre las nuevas colles que se han estrenado cabe destacar las que se han formado en Mallorca, Manacor, Baó (Rosellón) e incluso en Buenos Aires, impulsada por un grupo de emigrantes y descendientes de catalanes. Este año se estrenan como colles castelleres las agrupaciones de Vic y Badalona. Este espectacular incremento de la afición ha comportado también un aumento de las actuaciones. La aparición de colles en lugares lejanos a las comarcas tradicionales, como Lleida, Girona, el Maresme o la Cataluña central ha estado acompañada de una extensión del fenómeno casteller. La principal causa que ha favorecido este panorama, según coincide en señalar la mayoría de cronistas, es la difusión que ha efectuado la televisión. Las retransmisiones del Canal 33 han proporcionado una extensión de las imágenes castelleres por toda Cataluña como una actividad que genera afición, pasión y espíritu de superación. Estas retransmisiones -que efectúa el equipo de deportes de Televisió de Catalunya- han incorporado elementos y recursos deportivos que han aportado una imagen de modernidad y competitividad a esta actividad. Otros observadores, como el diputado e historiador Josep Bargalló, sostienen que los castells se han convertido en un punto de referencia en el asociacionismo juvenil, que ha actuado como polo de atracción de jóvenes en localidades necesitadas de elementos de cohesión civil y de catalanidad. La prueba de esta teoría es que el Baix Llobregat se ha convertido en la comarca con el mayor número de colles castelleres, muchas de las cuales han articulado otras actividades culturales y sociales en su entorno.