Una exposición muestra en Pamplona la simbiosis entre la literatura y la obra gráfica de Chillida

Hacía muchos años que la obra de Eduardo Chillida (San Sebastián, 1924) no estaba presente en Navarra con una amplia muestra monográfica. La galería Lekune Arte (Bergamín, 14) inauguró ayer en la capital navarra la exposición Chillida. Obra gráfica, gravitaciones y escultura, que reúne, a través de 50 piezas, lo más representativo del artista guipuzcoano en las últimas décadas, con especial atención a su colaboración con la literatura. Buena parte de los grabados fueron creados para ilustrar libros de Jorge Semprún, Joan Brossa y Jorge Guillén.

Más de un año ha costado a los responsables de la galería Lekune la recopilación de este medio centenar de obras de Chillida, un trabajo considerado "muy difícil" en la actualidad, en palabras de Moisés Pérez de Albéniz, director artístico de la sala y comisario de esta muestra. Las piezas expuestas provienen de diversas colecciones de Madrid, Barcelona, San Sebastián y Zurich (Suiza). La exhibición atrajo la atención de un numeroso público que llenó la sala pamplonesa a los pocos minutos de su apertura. Además de su obra gráfica, se pueden observar en el conjunto varias gravitaciones y tres de sus celebérrimas piezas de la serie Lurra (esculturas en tierra de las que se muestran Lurra; Lurra G-293 y Lurra M-13). Entre las características más específicas de la muestra destaca la presencia de una serie de nueve aguatintas correspondientes a un libro escrito por Joan Brossa. Grabados para Semprún También se exhiben cuatro grabados que acompañan al libro La escritura o la vida, de Jorge Semprún, una obra galardonada con el Premio Jerusalén 1997 por la contribución de su autor a la defensa de la libertad y que también se exhibe en la exposición. Cada una de las cuatro ediciones limitadas de este texto -en hebreo, español, inglés y francés- se realizó acompañada de un grabado realizado expresamente por el artista vasco para la ocasión con el predominio figurativo de las manos humanas. Las gravitaciones, elementos planos recortados y colgados, con sus apreciables manchas en negro como elementos espaciales definitivos, constituyen otro lugar propio de la exposición que, sin ser una muestra antológica, recoge piezas de las tres últimas décadas del artista en campos muy ilustrativos de su actividad creadora, fundamentalmente gráfica. Encargo del Vaticano No obstante, el grueso de la muestra, que se mantendrá expuesta hasta el próximo día 29 de mayo, lo componen piezas de su obra gráfica de diferentes épocas. Doce de los grabados seleccionados fueron realizados en el año 1972 como homenaje al poeta Jorge Guillén e incluidos en un libro editado aquel año con tal motivo con el título de Más allá. Asimismo, se presentan en Navarra piezas gráficas variadas, como las tituladas Donostia, London, Kutxa, Einkatu. Ikur o El buen ladrón, ésta última realizada expresamente por encargo del Vaticano al artista vasco. También se puede ver la serie de tres grabados titulada Un Hélène du vent ou de Fumée. Todas las piezas presentes en la exposición se encuentran a la venta, con precios que oscilan entre las 250.000 pesetas de algunos grabados hasta los nueve millones y los diez millones de pesetas que cuestan respectivamente dos de las piezas de la serie Lurra.