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Tusquets recupera el 40% de las acciones que había vendido hace tres años al Grupo Planeta

En tres años, Planeta y Tusquets no han ultimado ningún proyecto común. No extraña, así, que haya acabado la asociación entre dos culturas editoriales muy distintas, que se había iniciado en julio de 1995 y que había supuesto la compra por Planeta del 40% de las acciones de su socio. De mutuo acuerdo y sin traumas, según insistieron ayer ambas editoriales, Tusquets recompra el porcentaje y opta de nuevo por la independencia. «Sin desdeñar», decía ayer Beatriz de Moura, su directora literaria, «cualquier oferta seria y activa que pudieran hacernos». José Manuel Lara, el principal responsable de Planeta, daba esta explicación de la ruptura: «Quizá a las máquinas grandes les falte sensibilidad para el proyecto pequeño y quizá Tusquets se haya mostrado demasiado recelosa ante la posibilidad de que algunas iniciativas atentaran contra su espíritu». Su ex socia no contradecía del todo este razonamiento aunque insistía en que las sinergias han de servir para poner en marcha nuevas iniciativas: «La pregunta es ¿qué ganábamos cada uno con la situación? Y la respuesta, pues bueno, está en la recompra».

Beatriz de Moura, sin embargo, mantiene intactos los puntos de vista que llevaron a su editorial a la asociación. En julio de 1995 pensaba que las nuevas tecnologías colocaban al libro en un camino incierto, aunque muy atractivo, y que era mejor examinar todas las posibilidades desde una posición sólida y ambiciosa. «Hoy pienso lo mismo y de ahí que no nos cerremos a un posible acuerdo futuro con otro grupo». Tampoco la experiencia modificará los criterios de Lara: «Creo que la concentración tiene ventajas logísticas y que este proceso ha de hacerse de forma respetuosa, es decir, no pasando el rodillo. En ocasiones es mejor entrar sin tener la mayoría y lo que ha ocurrido con Tusquets no me hace cambiar de opinión».

¿Qué ha perdido el lector con la ruptura? Lara: «Que los libros de Tusquets le salieran más baratos». De Moura: «Que algunos proyectos atractivos que llevamos en la cabeza no se hayan concretado todavía». Fuentes del sector señalaban ayer sobre la noticia: «Tusquets quería que Planeta le ayudara a entrar en un mundo, el tecnológico, sobre el que la propia Planeta no tiene las ideas claras». Y para dar un ejemplo elocuente sobre la falta de operatividad de la asociación remataban: «Ni siquiera los libros de Tusquets han podido incorporarse a las colecciones de bolsillo de Planeta».

Planeta y Tusquets habían mantenido contactos para consumar su asociación un par de años antes de 1995. Las negociaciones las llevaron a cabo Fernando Lara -el hijo del patriarca, que murió en un accidente de automóvil en 1996- y Antonio López de Lamadrid, por Tusquets.

El Grupo Planeta controla, entre otras, las editoriales Espasa-Calpe, Destino, Ariel, Deusto, Larousse Planeta, Martínez Roca, Seix Barral y Temas de Hoy. Tal vez la compra más espectacular del grupo fuese la que llevó a cabo con la histórica editorial Espasa-Calpe, por 10.000 millones de pesetas. Espasa había sido creada en 1860, en Barcelona, y en 1926 se había aliado con Calpe -anagrama de una de las empresas del legendario Nicolás de Urgoiti, dueño de El Sol .

Tusquets Editores lleva 29 años en el sector, rebasa con desahogo los mil títulos en su catálogo -básicamente novelas, aunque la intención de sus responsables es fortalecer la línea ensayística- y ha sido Premio Nacional de Edición, en razón de la coherencia y el interés de sus fondos y la belleza y el cuidado de sus ediciones.

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