El primer astro que verá el telescopio gigante en Chile se mantiene en secreto
El UT1, el primero de los cuatro nuevos telescopios gigantes -de espejo principal de 8,2 metros cada uno- del Observatorio Europeo Austral (ESO) que escudriñarán el universo desde Chile, está ya a punto para mirar el primer astro el 25 de mayo, pero la identidad de éste se mantiene en secreto. «Será una sorpresa», aseguraba ayer en la sede de ESO en Garching, junto a Múnich (Alemania), el italiano Massimo Tarenghi, jefe del proyecto VLT (Telescopios Muy Grandes, en sus siglas en inglés). La primera noche se podrán apuntar unos 20 objetos celestes. «Acabamos de colocar la cámara de ensayos. Va a funcionar todo estupendamente; cada día me sorprendo más de lo bueno que es este telescopio», contaba ayer Jason Spyromilio desde Cerro Paranal, en los Andes chilenos, donde está este nuevo observatorio. En una videoconferencia, Spyromilio y su colega Peter Gray, expertos destacados en ese inhóspito lugar del norte de Chile para dirigir in situ las operaciones de puesta a punto del observatorio, explicaron cómo van los últimos retoques.
En Chile eran las seis de la mañana; en Alemania, las doce. «Ha sido una noche típica de Paranal: extremadamente clara y muy productiva», decía Spyromilio haciendo referencia a las excepcionales características del cielo allí y al intenso ritmo de trabajo, 24 horas al día, para poner a punto el UT1. La fecha a finales de mayo se ha elegido porque habrá luna nueva.
«Tendremos unos meses de pruebas con todos los equipos del telescopio y sus primeros instrumentos de observación, y el trabajo científico con el UT1 comenzará el 1 de abril de 1999», indicó Tarenghi en unas jornadas de presentación del VLT celebradas en la sede de ESO. A principios del año próximo recibirá su primera luz el UT2, el segundo de los cuatro telescopios idénticos del observatorio. A finales de 1999 le llegará la hora al UT3 y a mediados del 2000, al UT4.
Poco después de la primera luz, explicó el director genereal de ESO, Riccardo Giacconi, empezará el ensayo de lo que dará a esta batería de instrumentos un poder de observación superior a cualquier otro telescopio: la utilización combinada de los cuatro instrumentos gigantes y tres más pequeños que actuarán como un único telescopio gigantesco con altísima resolución y poder de captación de luz de las estrellas.
El coste total del VLT, proyecto que está cumpliendo plazos y presupuestos, asciende a 100.800 millones de pesetas en 15 años, y se han implicado, en total, en alguna fase del proyecto más de 5.000 personas.
Giacconi puntualizó ayer: «La primera luz no tiene por qué producir una imagen maravillosa, lo que tiene que hacer es demostrar que el telescopio funciona, pero no será todavía una observación científica».
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