Los viajes americanos de Lorca
Documental de Canal + en La Habana, Buenos Aires y Nueva York
Canal + está preparando dos documentales de 45 minutos sobre la vida de Federico García Lorca y sus tres viajes americanos, con motivo de la celebración del centenario del nacimiento del poeta granadino. El primero, Federico entre la tradición y la vanguardia, está dirigido por Javier Rioyo y José Luis López Linares (el mismo tándem de Asaltar los cielos) y es una mirada a sus músicas, sus dibujos, sus retratos, sus casas y sus viajes, que dan una visión del poeta en su vertiente moderna y vanguardista. El segundo, Los viajes de Lorca, nos acerca al universo que vivió Lorca y a las influencias que lo marcaron durante sus tres viajes americanos. Ambos documentales se emitirán los días 3 y 4 de junio próximo. Los viajes de Lorca está a su vez subdividido en tres capítulos, de 15 minutos cada uno, dirigidos por prestigiosos directores de cine latinoamericanos y de España. En Lorca en Nueva York, Manuel Palacios recrea los pasos del poeta andaluz en la ciudad de los rascacielos, una historia hilvanada a partir de la interpretación de José Luis Gómez, como conductor de un viaje a través de las metáforas y pensamientos que surgieron en la obra del autor.
La semana pasada se terminó de rodar en Cuba Lorca y La Habana, realizado por el cubano Juan Carlos Tabío (que dirigió Fresa y chocolate y Guantanamera junto a Tomás Gutiérrez Alea). Tabío logró atrapar con su cámara la fascinación que provocó en Lorca la familia Loynaz, los bailes abakuas, el son de Matamoros, la ciudad oriental de Santiago, los tugurios malditos del puerto de La Habana, adonde se escapaba en compañía de negros y mulatos, y, en fin, aquella tremenda Habana que tanto le influenció.
Juan Carlos Tabío rodó en la antigua casa de los Loynaz, entrevistó a expertos, rescató fotografías inéditas en España -como una fantástica en la que aparece el poeta muy feliz rodeado de forzudos remeros del Havana Yacht Club-, viajó a Santiago «con la rubia cabeza de Fonseca», filmó litografías de cajas de puros, retrató el antiguo garito Two Brothers de la avenida del puerto, de donde en más de una ocasión hubo que sacar a Lorca con palanqueta. Todo ello fundido con antiguas entrevistas de Dulce María Loynaz en las que cuenta su difícil relación personal con Lorca, a quien define como «un volcán, una personalidad que se salía por los ojos, por las manos», que «era radiante porque irradiaba su personalidad en todo. Era exactamente como su poesía, o tal vez mejor». Las imágenes del Morro, de La Habana antigua, del hotel La Unión, donde se alojó el poeta durante su estancia en Cuba en la primavera de 1930, estancia prorrogada una y otra vez, se mezclan con sones y danzones creando una atmósfera de embrujo que descubrirá al público español una parte de la vida de Lorca hasta ahora no develada. El tercer y último capítulo de esta trilogía es Lorca en Buenos Aires. El director argentino Eduardo Mignona nos muestra una tertulia en torno a la mesa del bar Tortoni, frecuentado por Federico durante su estancia en Buenos Aires en 1933. Allí conversan sobre Lorca amigos del poeta, escritores y periodistas.
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