Netanyahu da otro giro a la derecha al invitar al Gobierno al movimiento colono

Tres pesos pesados de la política y la diplomacia de Estados Unidos inician esta semana en Israel una nueva ofensiva para desbloquear el proceso de paz en Oriente Próximo. Mientras, el Gobierno de Benjamín Netanyahu radicaliza sus gestos políti cos e invita a entrar en el Ejecutivo a los más encarnizados enemigos de los Acuerdos de Oslo, el movimiento colono, lo que podría significar un giro aún más a la derecha de su Gabinete y un portazo a la esperanza, haciendo imposible cualquier acuerdo con la Autoridad Palestina.

El enviado especial de la Casa Blanca, Dennis Ross, y el secretario asistente del Departamento de Estado, Martin Indyk, a los que se sumará a partir del día 30 el vicepresidente Al Gore, impulsarán en los próximos diez días una ofensiva político-diplomátia para tratar de reactivar el proceso de paz y preparar un posible acuerdo que pudiera ser ratificado el próximo 4 de mayo en una cumbre especial convocada en Londres, a la que se han comprometido ya a asistir el jefe de Gobierno israelí, Benjamín Netanyahu. y el presidente de la Autoridad Palestina (AP), Yasir Arafat. Los emisarios norteamericanos traen debajo del brazo una propuesta concreta de trabajo que comprometa al Ejército israelí a retirarse al menos un 13% de Cisjordania, que pasaría al control de la AP, requiriendo a cambio a Yasir Arafat para que tome rígidas medidas de seguridad contra los islamistas radicales, que amenazan con atentados terroristas a Israel.

La propuesta norteamericana, que ha sido ya aceptada en principio por Yasir Arafat, no convence al Gobierno de Netanyahu, quien ofrece como máximo un repliegue de entre un 9% y un 11 %, argumentando que una retirada mayor "es totalmente inaceptable" ya que "pondría en peligro la seguridad de Israel", según manifestó ayer en Jerusalén un portavoz del Ejecutivo, David Bar Illan.

La ofensiva norteamericana de paz coincide con un gesto político preocupante de Benjamin Netanyahu, quien ha ofrecido al movimiento colono de la extrema derecha, Moledet, su entrada en el Gobierno, exigiéndole como contrapartida el apoyo de los dos diputados que posee en el Parlamento y con los que podría hacer frente a una hipotética moción de censura.

El partido Moledet, que acaba de cumplir diez años de antigüedad, aglutina además del movimiento colono radical, opuesto a cualquier concesión territorial,a viejos militantes del disuelto partido Kach, que fundó en 1971 el judío venido de Estados Unidos, Rabbi Meir Kahane, quien murió asesinado en 1990 en Nueva York por los disparos de un extremista egipcio. El partido Kach, calificado de fascista por las autoridades, se encuentra ilegalizado y prohibido desde 1994.

El programa político del partido Moledet propugna la "transferencia", una manera suave de denominar una operación de limpieza étnica, que tiene como objetivo sacar a todos los árabes y palestinos de Israel y Cisjordania, invitándoles o trasladándoles por la fuerza hasta las fronteras de Jordania, recuperando así sólo para la nación judía los territorios históricos de la Biblia.

El cerebro de este partido y esta operación es el general retirado Rehavam Ze'evi, un héroe histórico del Ejército secreto israelí en la época colonial, que militó en las fuerzas laicas del Partido Socialdemócrata Laborista, pero que en los últimos años se ha ido transformando en un impulsor del nacionalismo radical judío, propugnando la separación clara de las dos comunidades y oponiéndose a cualquier tipo de acuerdo con los palestinos.