"Madrid fue elegida capital en 1561 por su inocuidad política"
Madrid va a ser escenario, del 20 al 23 de abril, de un ambicioso congreso internacional sobre Felipe II, el monarca que en 1561 estableció aquí la corte y la capitalidad. A este fin, la Universidad Autónoma ha convocado a especialistas extranjeros, señaladamente italianos, portugueses, franceses y británicos. Los mejores hispanistas europeos se darán cita en Canto Blanco junto a especíalistas nacionales, entre otros Antonio Domínguez Ortiz, el académico Felipe Ruiz Martín, Ignacio Fortea, de la Universidad de Cantabria, o Pere Molas, de la de Barcelona. Jesús Pereira Pereira, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, presentará una ponencia sobre las alcabalas, un impuesto sobre el valor de las mercancías, y su impacto en el Madrid de Felipe II, desde el que ha reconstruido el panorama social, económico y político de aquellos años madrileños. Pereira, de 35 años, nacido en la localidad lucense de Becerreá, ha pasado media vida en Madrid e imparte clases de Ciencias Económicas y Empresariales. Pregunta. ¿Qué condiciones presentaba Madrid para que fuera designada capital de España bajo el reinado de Felipe II?
Respuesta. Las causas fueron numerosas: desde su enclave céntrico, en medio del eje entre grandes ciudades como Toledo, Valladolid y Burgos, hasta la ausencia de un arzobispado fuerte que hiciera sombra a la monarquía, sin olvidar el cruce de importantes cañadas por su suelo. En definitiva, su propia inocuidad política la convertía en capital idónea del Estado.
P. Desde el punto de vista fiscal, ¿qué caracterizaba al Madrid de entonces?
R. Madrid no estaba entonces sometido a una presión fiscal tan elevada como la de Sevilla, por ejemplo, por donde afluía el oro americano. En cualquier caso, la actividad fiscal de la Hacienda local o municipal fue aquí siempre superior a la de la Hacienda real.
P. ¿Cuáles eran los oficios dominantes?
R. El de los criados era el sector social más numeroso. Los criados se empleaban en los menesteres de sus amos, supeditados a su vez a la propia corte, bien como cortesanos, abastecedores o comerciantes en sentido amplio. Madrid contaba además con un importante núcleo de artesanos y un específico gremio de curtidores y zurradores.
P. ¿Mantiene Madrid alguna característica de entonces?
R. Claro, en su viario: Malasaña, Lavapiés y Barquillo son parte del Madrid de los Austrias, dato éste poco conocido. En cuanto a la población, hay que tener en cuenta que desde mediados del siglo XVI experimentó un crecimiento imparable: de 15.000 habitantes pasó a 100.000 a finales de la centuria. Ese aumento fue debido a la inmigración. También hoy; sólo uno de cada diez madrileños tiene sus cuatro abuelos nacidos aquí.
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