Obligado a abandonar Cuba el único sacerdote de EE UU en la isla
Patrik Sullivan, el único sacerdote católico norteamericano que residía en Cuba desde 1994 con permiso del Gobierno de Fidel Castro, abandonará la isla en las próximas semanas después de un oscuro enfrentamiento con las autoridades, que culminó con la reciente decisión de los superiores de su orden, los franciscanos capuchinos, de trasladarlo de la parroquia donde trabajaba en Santa Clara.
Sullivan, un neoyorquino de 52 años, celebró el domingo su última misa en la ciudad de Santa Clara, en el Centro del país, donde declaró que el Partido Comunista había pedido a la Iglesia su salida de esa diócesis hasta que venciese su permiso de estancia en el país -en febrero del año próximo-, que no será renovado por las autoridades."No hay una orden de expulsión como tal, es una cuestión de vocabulario", dijo Sullivan. "El Gobierno ha dicho que no va a renovar la visa en febrero, y que hasta entonces podía seguir viviendo en La Habana". Sin embargo, Sullivan declaró que pensaba abandonar Cuba cuanto antes para evitar que "se tomen represalias contra la Iglesia católica".
Tanto el obispo de Santa Clara, Fernando Prego, como el superior de la orden de los capuchinos, el español Felipe Tejerina, negaron que Sullivan hubiese sido expulsado de la isla por las autoridades cubanas, como se dijo en un principio, y señalaron que la decisión de trasladarlo a La Habana era una "decisión interna" de la Iglesia. "Por decisión propia y para facilitar que entren en Cuba otros sacerdotes capuchinos, de los que esperamos cinco, él decidió irse", afirmó Tejerina.
El segundo jefe de la Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista Cubano, Isidro Gómez, dijo que "se trata de un problema interno de la Iglesia". "Es un movimiento interno decidido por la Iglesia. SI él no quiso someterse a la decisión de sus superiores y prefiere abandonar Cuba, es su propia elección", comentó Gómez. Tejerina, por su parte, indicó que la Oficina de Asuntos Religiosos le había hecho saber que el visado de Sullivan no sería renovado en febrero del año próximo. Sobre las causas de los problemas entre el sacerdote norteamericano y el Gobierno cubano, Tejerina opinó: "Parece que las autoridades no veían con buenos ojos que Sullivan fuese utilizado por ciudadanos cubanos para otros asuntos" no religiosos.
Fuentes cercanas a la Iglesia indicaron que Sullivan tenía contactos frecuentes con disidentes y con varias personas que realizaron una huelga de hambre por problemas políticos a finales del año pasado. Asimismo, el sacerdote se había mostrado crítico con el Gobierno en entrevistas con periodistas extranjeros, y distibuyó entre sus fieles la declaración Universal de los derechos Humanos de la ONU en las dos parroquias que tenía a su cargo.
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