El juez acusa de imprudencia a los dos monitores de natación de Pozuelo

El titular del juzgado número cinco de Majadahonda, José Enrique Sánchez, imputa un delito de imprudencia por negligencia en el cumplimiento de su labor a los dos monitores de natación de la piscina municipal de Pozuelo de Alarcón donde se ahogó un niño de cuatro años la semana pasada. Los instructores declararon ayer ante el juez que "la piscina estaba vacía al final de la clase" y que caminaron "detrás del último niño hasta los vestuarios" según aseguraron ayer sus abogados.

C. Q. H., de cuatro años de edad e hijo único de un matrimonio joven, fue encontrado, el martes día 31, boca abajo y flotando en la superficie de la piscina del polideportivo municipal de El Torreón en Pozuelo (60.120 habitantes). No respiraba y tampoco le latía el corazón. El crío falleció 40 horas más tarde, el jueves día 2, en el Hospital Clínico. Fue su primera clase de natación, que compartía con otros 21 niños de entre cuatro y seis años.La piscina donde se ahogó está diseñada para la enseñanza de natación. Son piletas especiales con una profundidad de 60 y 120 centímetros. El crío apareció en la zona más profunda, en el polo opuesto a donde recibía la clase.

La rueda de declaraciones en el juzgado de Majadahonda arrancó ayer con las de los dos monitores, Ana María R. R., de 28 años, y Juan J. B., de 32. El juez les imputa un presunto delito de imprudencia por negligencia en el desarrollo de su tarea como monitores de natación y socorristas (tienen el título oficial).

La declaración de cada uno ante el juez duró cerca de una hora. Ana María declaró que al crío le encontraron "en la parte central de la piscina, donde más cubre y además sin que se hubiera podido sujetar a la corchera porque ese día no la había", según afirmó ayer su abogado defensor, Gonzalo Martínez. Los instructores aseguraron que ningún niño se les pudo escapar de camino al vestuario porque "hicieron labor de escoba al final de clase, es decir, que cuando los niños salieron del agua, se situaron detrás de ellos y los condujeron así hasta el vestuario", aseguró Martínez. A la hipótesis de que el niño falleciera durante la enseñanza, los instructores respondieron que "la piscina quedó vacía cuando finalizó la clase".

Sin embargo, el letrado de Ana María reconoció que los instructores perdieron de vista al niño porque "desconocen el momento en el que el niño desaparece y la causa por la que se ahoga".

Otra incógnita que no desvelaron ayer los abogados de los monitores fue el tiempo que el chaval permaneció desaparecido. Los niños se fueron a las duchas a las 19.30 horas, "pero con el pánico", los instructores no recuerdan a qué hora lo encontraron, explicó el letrado. Fue la madre del chico la que dio la voz de alarma. "Entonces la instructora volvió a entrar en la piscina pero no vio el cuerpo en el agua. Además la encargada del vestuario también entró en la piscina pero tampoco vio nada", aseguró Martínez. Los padres del niño y los monitores registraron todas las dependencias de la piscina, llegaron hasta la entrada", según el letrado. El niño apareció en el agua, solo.