"El presidente de la Duma pide a Yeltsin otro primer minisstro con experiencia

El primer ministro en funciones ruso, Serguéi Kiriyenko, habría preferido probablemente que nada le apartase en estos días de su difícil tarea de formar Gobierno. Sin embargo, el líder del Kremlin, Borís Yeltsin, le comisionó para que recibiese anoche en el aeropuerto moscovita de Vnúkovo a Jacques Chirac y Helmut Kohl. El jefe de Estado francés y el canciller alemán serán por tanto los primeros líderes extranjeros que tendrán ocasión de sacar conclusiones sobre el sorprendente movimiento táctico de su amigo y compañero de troika y sobre la consistencia política del hombre en cuyos hombros ha caído una carga tal vez demasiado pesada. Al menos así lo ve el presidente de la Duma, Guennadi Selezniov, quien ayer pidió a Yeltsin que proponga otro candidato porque, Kiriyenko "no tiene suficiente experiencia".El camino hacia la confirmación como primer ministro de Kiriyenko, un tecnócrata de 35 años y sin apenas experiencia política, está repleto de obstáculos. No es el menor que aún no esté claro si Yeltsin le confirmará como su candidato a dirigir el Gobierno de aquí al año 2000, cuando debe celebrarse una crucial elección presidencial. Aunque así fuese, tendría que superar una complicada votación en el Parlamento, donde los comunistas le esperan con las espadas desenvainadas. El jefe de este grupo parlamentario, el más numeroso de la Duma, ha dejado claro que sólo un cambio de rumbo político le podría llevar a aceptarle. El también comunista Selezniov ha pedido al presidente que "sería deseable que presente otro candidato [a la votación de confianza] porque Kiriyenko no tiene la suficiente experiencia", según informó anoche la agencia Interfax.

Kiriyenko, antiguo protegido del vicejefe de Gobierno Borís Nemtsov, no desaprovecha ocasión de dejar en claro que, en principio, su misión se extiende hasta que, probablemente el próximo lunes, presente a Yeltsin un equipo y un proyecto. Aunque rozaría el absurdo que fuese después otro quien recogiera los frutos de este trabajo y los presentara al Parlamento, nada está descartado en esta Rusia donde el rumbo político parece depender a veces de los altibajos de salud y de humor del presidente y del acceso a su despacho, o a su dacha, de quienes tienen las ideas (y los intereses) más claros.

Carrera de Chernomirdin

La prensa rusa, tan plural como dependiente de intereses que casi nunca tienen que ver con la información objetiva, era ayer un divertido espejo del desconcierto en el que todavía se halla el conjunto de la clase política. La mayoría de las interpretaciones apuntan a que, a la postre, Víktor Chernomirdin, primer ministro durante más de cinco años, no ha resultado ser tan incombustible como parecía y que su carrera hacia la presidencia ha concluido abruptamente, pero aún queda quien (en minoría) insiste en no ha perdido su condición de sucesor in péctore.Varios comentaristas ven la mano del magnate de la industria y la comunicación Borís Berezovski moviendo los hilos de esta trama, que ha concluido con el cese de su gran rival y enemigo Anatoli Chubáis. Hay quien apuesta por Kiriyenko incluso como serio aspirante a suceder a Yeltsin en el 2000, y también quien le considera una estrella fugaz que se apagará pronto.