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Rebeldes hutus secuestran a dos religiosas españolas y cinco ruandesas

Dos religiosas españolas de la orden de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana fueron secuestradas en la madrugada de ayer en Kibumbu, al noroeste de Ruanda. Según las primeras informaciones, Sagrario Larralde y Rosa Muñoz fueron capturadas junto a cinco monjas ruandesas por rebeldes hutus con la intención de que curasen y prestaran ayuda a combatientes heridos. "Os necesitamos, no os vamos a hacer nada". Ésas fueron las palabras que pudo oír una monja congoleña que logró esconderse en el momento en que los secuestradores irrumpieron en la misión.

Sagrario Larralde Solano, de 62 años, enfermera navarra natural de Lerín, y Rosa Muñoz Andrés, de 33 años, médico, nacida en, Guadalajara, prestaban sus servicios en un centro religioso llamado La Santé en la localidad de Kibumbu, a unos 32 kilómetros de Gisenyi, junto a la turbulenta frontera con la República Democrática de Congo (antiguo Zaire). El centro cuenta con 60 camas y en él reciben atención 300 niños desnutridos. Al parecer, los secuestradores les pidieron que llevaran consigo material para curas. Otras cinco monjas de la misma congregación llegaron a Madrid hace una semana, entre ellas Guadalupe Martín, quien destacó ayer que las religiosas españolas "son muy queridas allí" porque llevan realizando labores humanitarias desde 1991 y la misión "funciona muy bien".La familia de Sagrario Larralde aseguró ayer a la agencia Efe que la religiosa era "feliz" en Ruanda. Victoria Martínez, cuñada de Sagrario, declaró: "Nunca nos ha dicho que quisiera volverse ni que se sintiera en peligro. Al contrario, cuando le preguntamos si no tiene miedo, dice que lo pasan mal y que son conscientes del riesgo, pero que la gente las necesita y que por eso no se meten con ellas". Otro familiar indicó que desde Ruanda les habían precisado que los secuestradores les habían dicho que estuvieran tranquilas porque se las llevaban "para atender a los heridos".

Fuentes humanitarias que permanecen en la región, pese al "clima de inseguridad que se vive desde hace meses", reiteraron ayer que "en los enfrentamientos habidos hace 15 días entre unidades del Ejército ruandés (dominado por la minoría tutsi) y rebeldes hutus ha habido centenares de muertos".

Personas que residen cerca de Gisenyi y que hablaban con frecuencia con las religiosas observaron que "Rosa y Sagrario estaban muy aisladas y corrían mucho riesgo", aunque, "como todo el que trabaja allí, eran conscientes del peligro que suponía permanecer en la región". Esta misma fuente dijo que en estos momentos no se apreciaba un fuerte despliegue militar. Otras fuentes recordaron que buena parte del noroeste ruandés está durante el día bajo control de las fuerzas gubernamentales, pero durante la noche son los rebeldes los que campan por sus respetos. En esa misma zona fueron asesinados, en enero de 1997, tres cooperantes españoles de Médicos del Mundo.

Rosa Muñoz había llegado a Ruanda hace año y medio, pero con anterioridad había trabajado en un campamento de refugiados en Goma, al este del antiguo Zaire, junto a la frontera ruandesa. Sagrario Larralde lleva siete años en Ruanda y tuvo que salir en una ocasión del país por problemas con las nuevas autoridades, que han acusado en varias ocasiones a los religiosos católicos de exceso de simpatía hacia los hutus y de haber disculpado el genocidio de 1994, en el que cerca de un millón de personas, tutsis en su mayor parte, murieron a manos de extremistas hutus .

Homenaje de Clinton

El presidente norteamericano, Bill Clinton, que ayer inició una gira de 11 días por el continente africano, rendirá mañana un homenaje a las víctimas del genocidio durante una breve escala en el aeropuerto de Kigali, la capital ruandesa.El Gobierno ruandés expresó recientemente su malestar ante el duro informe emitido por Amnistía Internacional en el que acusaba a los rebeldes hutus de cometer asesinatos y todo tipo de exacciones, y a militares ruandeses, de ejecuciones sumarias y excesos en la represión de la rebelión.

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