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Varios países propugnan reducir el gasto agrícola como alternativa al 'cheque'

Xavier Vidal-Folch

Reducir el gasto agrícola comunitario y obligar a los distintos Gobiernos de la Unión Europea (UE) a cofinanaciarlo. Esta es la receta de algunos países, que ha surgido como vía intermedia entre la propuesta presupuestaria de la Comisión para el período 2000-2006 y la rebeldía de cuatro de los países ricos y contribuyentes netos, que quieren reducir sus aportaciones mediante un mecanismo similar al cheque británico.

La fórmula concreta fue patrocinada en el pasado Ecofin (Consejo de Ministros de Economía) por el primer ministro y titular de Economía luxemburgués, Jean-Claude Juncker, cuyas propuestas de compromiso suelen abrirse camino. Pero pasó casi desapercibida, aunque algunos de sus colegas se le aproximaron. Un portavoz de la Comisión negó ayer que se hubiera incorporado como línea de enmienda a la Agenda 2000, pero algunos altos funcionarios opinaron que es un compromiso viable.En síntesis, se trata de que los gastos de la Política Agrícola Común (PAC) pagados por el presupuesto disminuyan en porcentaje equis, "por ejemplo, el 20%", aventuró Juncker. La cantidad eliminada del presupuesto, en caso de confirmarse las prioridades actuales de la PAC, sería aportada por los Gobiernos. Es un mecanismo de cofinanciación, el mismo que se utiliza para la política estructural, en la cual Bruselas jamás subvenciona la totalidad de un proyecto, sino sólo una parte. El resto lo financia el Gobierno beneficiario, en virtud del principio de adicionalidad.

Esta propuesta tiene, a juicio de varios expertos, importantes ventajas. Una es que igualaría la PAC con la política estructural. Las igualaría porque sus cantidades se aproximarían. En el actual proyecto de la Comisión, los gastos agrícolas crecen, mientras que los de cohesión disminuyen. Si se recortan también los gastos agrícolas, se producirá un cierto reequilibrio. Y se recuperará, al menos parcialmente, la tendencia a que la política de cohesión gane peso relativo en el presupuesto, como inició la Comisión bajo Jacques Delors. Y las igualaría también porque homologa el sistema de responsabilidades compartidas a la hora de soportar el coste de las subvenciones.

La otra ventaja es que "incentivará el control presupuestario" por parte de los ministros de Agricultura, pues antes de decidir cada medida que suponga un gasto, sabrán que deben pechar con parte del mismo. Y no como ahora, que gastan infinitamente, siempre dentro de los límites del presupuesto.

La posible viabilidad de esta propuesta se basa en que ha sido formulada por un político muy amigo de Alemania, el país que encabeza la rebelión de los ricos (con Holanda, Suecia y Austria), y que representa, asimismo, a uno de los países que forman parte del segmento de los prósperos. "Comprendo la preocupación alemana [por reducir su aportación al presupuesto, que considera exagerada], pero el sistema de Fontainebleau no es bueno, hay que buscar otra alternativa", dijo Juncker. El sistema de Fontainebleau es el pactado en junio de 1984, por el que se decidió compensar al Reino Unido con el llamado cheque británico.

Un alto cargo del Gobierno británico, que pidió el anonimato, respaldó este esquema. Reclamó concretamente "una mayor reducción de los precios agrarios" y también que "Ias compensaciones de la PAC tengan carácter decreciente".

La fórmula puede encontrar, a priori, el recelo de Francia, el país más beneficiado por la PAC. Pero su ministro de Economía, Dominique Strauss-Kahn, también contrario a la rebelión de la banda de los cuatro en pos del cheque, coincidió al menos parcialmente en ella al proponer una alternativa basada en "limitar el gasto comunitario" y establecer después techos o "límites a la contribución de cada país, en función de su riqueza" medida en términos del producto interior bruto.

Sin propugnar esos límites, tanto el vicepresidente segundo español, Rodrigo Rato, como el ministro belga, Phillippe Maystadt, defendieron asimismo que las contribuciones se calculen "en función de la prosperidad relativa de cada país".

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