El azote de la droga
"En la población La Victoria la dictadura no causó ni el 10% del daño que está haciendo la droga", asegura el sacerdote José María Caro. "A partir de los 12 y 13 años los chavales ya están con los pitos de pasta base. Cuesta dos dólares y medio [380 pesetas] cada uno". Jesús Herreros, párroco de otra población del sur de Santiago, recuerda que la droga entró en la dictadura. "En los años setenta empezaron con marihuana y neopreno [pegamento]. La cocaína y la pasta básica llega en los noventa. Aquí vienen los importadores que sobornan a la policía. Los ímportadores viven arriba. Las poblaciones son la cueva de Alí Babá". La delincuencia ha aumentado. Los patos malos (traficantes) exhiben pistolas y armas largas. "Prima la economía de la ostentación. Robar es un aliciente. Hay una violencia contra el carabinero [policía] que se puso de relieve en los disturbios nocturnos de estos últimos días".
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