Un 'victorino' abre la puerta grande a Caballero
Portero se llamaba el bravo toro de Victorino que abrió la puerta grande a Manuel Caballero. Fue una corrida bien presentada, donde se aplaudieron en el arrastre dos toros y se dio la vuelta al ruedo de, a otro, que fue un gran toro.El vitorino ya se arrancó con alegría al caballo, que montaba el piquero Martín Olmo. Éste toreó también desde allá arriba y tras un par de puyazos y se marchó en medio. de una gran ovación. Luego se hizo un silencio expectante entre el que instrumentó Caballero los muletazos de tanteo. Luego con la derecha fue ligando y aguantando la codicia del toro, que se revolvía. Se echó la muleta a la zurda y seguro, mandón, ligó espléndidos naturales. Mostrándole el pecho, ligando los pases y dándole en cada muletazo la ca dencia que requería el animal, Caballero construyó una faena que terminó poniendo de pie al público tras un desplante.
Victorino Esplá, Caballero, Tato
Toros de Victorino Martín, encastados, bravos,1º y3º se aplaudieron en el arrastre. Al 5º se le dio la vuelta al ruedo.Luis Francisco Esplá: oreja y ovación. Manuel Caballero: ovación y dos orejas El Tato: ovación en los dos. Manuel Caballero y el mayoral de la ganadería salieron por la puerta grande. Plaza de Castellón, 22 de marzo. 8' y última corrida de feria. Lleno.
También Luis Francisco Esplá tocó pelo. Estuvo como siempre en gran lidiador. Con el que abría plaza clavó banderillas con maestría y facilidad reunido y metiendo bien las manos. Con la muleta inició la faena con la derecha dejándosela siempre en la cara, que el encastado animal tomaba humillando. También lució en naturales para obtener un premio al matar de un pinchazo sin soltar y medio estocada que dio con el Victorino en el albero tras, un golpe de verduguillo. Aplaudido el toro en el arrastre, Esplá paseó su oreja.
El torero maño El Tato no pudo conseguir en esta corrida que cerraba la feria el éxito alcanzado el pasado año, precisamente con el mismo hierro y que le valió ser el triunfador de la Magdalena del 97. Pero El Tato estuvo con el pundonor que le caracteriza. En su primero, también un buen toro, con la izquierda consiguió largos naturales en una faena donde siempre estuvo por encima del animal, al que fue llevándoselo hasta la cintura. Abrochó las tandas con hondos pases de pecho y dejando claro que siempre estaba por encima de un toro con las complicaciones de los saltillos, que se revuelven con agilidad. Fue con los aceros con los que perdió El Tato los trofeos. Con el que cerraba plaza poco pudo hacer.
Babelia
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